iente, Isab
y conspiradora al o
da, te vi tan
qué re
inuó, "una forma de experimentar la verda
un esc
a esta tarde. Verás a los torer
ría una mujer como ella algo así? Pero la alternativa era volver a mi
osidad
," dije, con
nda. Era un lugar impresionante, rodeado de naranjos, con gr
n esa arena me d
bía t
do, vestidas con mallas ajustadas y reveladoras. Esta
ciales, de cuero oscuro, y eran guiadas l
a de placer y agonía. Sus cuerpos se movían al ritmo del p
mi lado, vestida d
susurré, horrori
risa. "Las vibraciones del caballo, la silla
allos. Vi un pequeño cable discreto que des
. El calor que sentí en la habitación
?" preguntó, sus
o idéntico al que llevaban las otras: unas mallas negras
agen de las noches vacías c
cam