piedra pareció romper el ambiente de celebración. L
teo, su voz sonaba tensa. "¿
beza gacha. Era la postura que había aprendido pa
, acercándose a Mateo. "Es un
ojos entrecerrados.
miedo a que castigaran a Leo era un
ate," m
me de pie con la espalda rect
ram
Cuando mis ojos se encontraron con los de Sofía, un escalo
e los amigos de Mateo en
sistió Sofía. "Proba
ce lo que me habían enseñado a hacer con los "benefactor
té con una voz monótona y vacía. "
cita, horrorizó a los presentes.
"¡Cállate! ¡Q
garró del brazo y me sacudió con
tó de repente, como si acabara d
isa piadosa. "El joven Leo es... rebelde, señor M
fica eso?"
pestañear. "Hace unas semanas
errumbó. No.
osa," s
un teléfono, "tenemos esto. Parece que se involucró con
ero se veía a alguien que se parecía a Leo besando a
gritó. "¿Así es como paga tod
que Leo nunca me aband
rastró fuera de la sala, por
empujándome contra la pared. "¡Di
rza hasta mi celd
abl
svió hacia el viejo armario de madera que había
no hagas ruido
rostro se contrajo en una
tupidez
rio. Dentro solo había mis ropas raídas
crujió y
ro de ese espacio, acurrucado como si d