aroma familiar del vino fermentado y la tie
ble: mi hijo, mi pequeño Leo, fue destrozado por una bomba de Mateo, el a
el hospital, mientras Isabel, lejos de mostrar compasión, me abofeteaba, llamándome animal y acusándome de locura
mi alma: "El niño ha fallecido" . ¿Cómo pudieron hacerme esto? ¿C
ismo, pero no para encontrar la muerte, sino para forjar un nuevo camino de venganza... uno e