e Madrid quemaba el asfalto. Mateo conducía su descapotable por l
ida", me dijo. Su sonrisa era tan
ción de toda mi vida, de cada hora de ensayo en nuestro peque
su teléf
la pantalla
testó la llamada, su voz cambi
a fragmentos de la respuesta de Mateo. "Tranquil
deteniendo el coche en
é, mi corazón empezan
'Victorioso', el último toro de la ganadería de
en menos de una hora.
tantes, ya no estaban conmigo. "Sofía, esto es i
era? ¿Eso no es import
, dijo, su tono ahora impaciente. "
capó y abrió mi puerta. "Cog
rrancaba el motor y se alejaba a toda velocidad, dejándome allí,
pasaban, corriendo por el arcén. Un coche frenó bruscamente para evit
r agudo, insoportable
que los médicos me lo co
Una vez. Dos ve
nte, co
ó, su voz llena de irritación. Se o
daño en el tobillo, creo que es
mo el acero. "No seas tan dramática. L
co
con el tobillo escayolado y un diagnóstic
traba a Mateo, radiante, al lado de una sonrient
r Mateo Vargas salva el hono
Mateo. Isabe
ío inmenso e
acabada. Y mi vi