da la ciudad en el examen de
e alivio y orgullo se
prima Camila, que había suspendido el examen
fuera del comedor y me empujó a
que quizás un poco de falta de aire me haría b
ndose, y vi a mis padres marcharse, dejándome atr
radas, tachadas de "dramáticas" ,
o obligada a bloquear la ventilación por miedo a
, sentí la traición clavarse en mí
ueles, tan manipulados por la herencia y la culpa d
cerrarse sobre mí, ¿aca
tré mi cuerpo moribundo, busqu
ventos que cambiarían mi vida para siempre, enfrentando l