ecólogo sintiendo que el su
ene una condición uterina particular. No es grave, pero un aborto en este punto... h
Dijo que era un procedimien
min
os papeles en la mano. El mundo parecía borroso. La petici
es, lo
ceptible, en mi vientre. La
a me gritara desde dentro:
ías brotaron sin control. No de tristeza,
único real que me quedaba
era de una actriz manipulador
línica en mi puño y los tir
con un quiosco de revistas. En la portada de
os de bolsas de lujo. Él le sonreía con una devoción que nunca me había dedicado
Sofía, ilusionados, prepara
dazos, pero esta vez, el dolor
clara. Busqué en mis contactos un número que no había marca
vi
infancia. El hombre que siempre me habí
vez. Do
len
la recordaba. Profunda, calm
aña, más fuerte de lo que me sentía. "Nec
lencio al otro l
ondió. "Dime dónde e