a punto de ganar el prestigio
juez principal, tras probar mi plato
metí, al salir lo había perdido todo: mi restaurante en r
uperaría a mi marido,
a verdad: ¡él confesaba haber cambiado mi plato, y Mateo, mi propio esp
ón me dej
res más queridos, me había
fiesta, donde la usurpadora re
de todo, traicionada hasta
r semejante abismo de eng
soy
un nuevo destino y encontrar la paz, o el pa