salía y se ponía fuera de las gruesas paredes de la bod
e desde el arcón. Era dulce y pesado,
de Mateo toda su vida, fue el primero en notarlo. Entró en la bodega, arru
muy extraño en la bodega vi
ra levantó la v
rata muerta.
es olor de rata.
pa en la mesa co
muertos? Isabela sigue con su rabieta ahí dentro. Es tan capaz de vivir e
sillón cercano, sus
stionar sus emociones. Tienes q
y su rostro
, mi vida. Demasiado
quemaba. Floté de vuelta al arcón,
dé la
rompieron y sangraron. Mis gritos, ahogados por e
é no respira bien", jadeé contra la madera, sinti
otro lado de la puerta de
Isabela? ¿Estás list
pero sácame, el aire...", su
e rio. Una ris
repentida. Quédate
e f
Mateo decirle a Javier con
cón. Dile a mi mujer que su jueguec
n una voz falsa
vier. Quizás est
medio de la caseta abarrotada, sus ojos buscando a Mateo e
respira. Voy a po
o en la mano. La vi marcar el número de Mateo. S
a oyeran. "¡Ayúdame! ¡Isabela... me ha abandonado! ¡Me ha dicho que
tuación impecable. Y Mateo,