sta llegó, idéntica
umo de puros y susurros de la alta sociedad madril
egué como una v
a reina reclam
e, un homenaje silencioso a l
atención. Valentina, envuelta en un vestido dorado y l
segurándose de que todos la oyeran. "La pequeña Sofía
condescendiente que habí
bajo mucha presión. La EBAU es d
i rostro una máscara
ina. Qué sorpr
, un hombre con una voz untuosa,
llegó el
ículo verdaderamente único. El diario per
a sala. Todas las mira
ando el pequeño cuaderno de c
la joya de Madrid", dijo, su voz resonando en el s
antó la mano
ta mil y
dez era c
mi desesperada contraoferta. Esperando qu
no seguí