a biblioteca. La fiesta había terminado, pero
ó, cerrando la puerta detrás de él.
r la vista del libro que sostenía. Era un libro de contabilida
, golpeando la superficie
ablo! Eras mía. Tu p
da y confundida", dije, levantando fina
s por Camila, ¿verdad? Estás c
me
dado lo que más deseabas.
s humillado! ¡Nos ha
humillado cuando permitías que los sirvientes me encerraran en el almacén porque había derramado un vaso de agua.
incidentes, por supuesto. Simplemente nunca pensó que yo los
sabía que..
a", lo corregí. "Ahora, por
regresando. "¿Con qué? ¿Con libros
puerta se abrió. Era mi p
regresado de la guerra hacía un año. El hombre que siempre me miraba co
uí?", preguntó mi padre
a compostura. "No, Don Alejandro. Solo estaba
sta casa, su decisión es ley. Ahora, si nos disculpas, Mateo va a ens
muñeca que necesitaba un cuidador. Estaba t
oción apareciendo en su rostro: la envidia. Salió de
ojos amables encont
ijo en voz baja. "Me
mucho tiempo, sentí
eo. Yo tambié