tía denso, cargado de sueños. Yo pulía mis zapatos de flamenco, el cuero gastado brillaba bajo
una base de lucha compartida. Él, un músico y camarero con el alma llena de canciones; yo
do. Su cara, normalmente
su voz era extr
asa, mi
portunidad.
grabación. Un amigo suyo lo vendía.
io de todo. No más trabajos preca
e promesas de un futuro estable, un futur
a como pedir la luna. M
s a sacar eso? Apenas
as manos. Estaban frías. "
La mujer que me crio con el dinero que ganaba cosiendo pa
unidad de nuestras vidas. Su voz al otro lado del teléfono era frágil
Sofía. Trabaja du
ejo bolso de cuero y una carpeta de plástico. Dentro, los papeles de la venta de la
cina. Ella empujó la
vejez, para mi entierro. Pero v
que se lo devolvería todo, que cuidaría de mí. Vi lágrim
no pude nombrar. Pero la aparté. Era el miedo, m