la audaz propuesta de Sofía, una idea que, aunque al principio le había parecido disparatada
novela. En cambio, con los dedos volando sobre el teclado, navegó por portales de empleo, una actividad que no realizaba desd
ue la sacudiera, que la obligara a interactuar, que l
n estudio de campo que la empujara a sus límites. Necesitaba un personaje que
arrio, asistentes de contabilidad para firmas de moda. Nada. Demasiado mundano, demasiado familiar, demasiado sin pasión. Su mirada se detuvo
uego en su mente de escritora: "Editorial Soler". Conocía la editorial, claro que sí. Era una de las más prestigiosas d
a, con una reputación tan gélida como el mármol del Museo del Prado. Los rumores sobre su carácter intratable, su inaccesibilidad y su apodo de "el
na perversa emoción. "El jefe odioso", pensó con una sonrisa torcida, casi maliciosa. Er
a. Ella, la escritora en busca de la verdad de la pasi
ades. La chispa que podría surgir d
o sus logros literarios que ahora parecían irrelevantes y enfatizando sus habilidades organizativas y de comuni
ría su más grande ficción, la que le
ada con los sonidos de Madrid que ahora le parecían una invitación a la aventur a -
balcón, una caricia incongruente con la tormenta
renalina ya bombeando por sus venas, el reloj digital marcando las 6:30 AM con una frialdad numérica que la exasperaba. No había ti
fé molido llenó la pequeña cocina, pero lo bebió de pie, casi de un trago, sin d
ada tensa? La escritora de romances que se disfraza
rancó una risa hueca, un resorte de humor nervioso
dura, algo que gritara "competencia", "eficiencia" y "profes
ía extrañamente formal, el blazer negro de corte impecable que le daba un aire de seriedad impostada. Se observó en el espejo: el cabello, habitualmente indomable, con sus ondas natu
Soler pudiera proyectar sus expectativas más altas. O su desprecio más profun
de cristal y acero que reflejaba el cielo madrileño con una frialdad que la hizo estremecer. Impecable, imponente, con una plac
monolito pulido, a punto de ser aplastada o, qu
e de los tilos recién florecidos, una combinación
nado la recibió, el vestíbulo era amplio, casi cavernoso, con pisos de m