en la vastedad blanquecina de la pantalla. Para Clara Romero, aquel diminuto guion vertical se h
azas de café, ya frías, con un cerco oscuro y pegajoso en el fondo, formaban una muralla alrededor de su laptop sobre el escritorio de su apartamento, en
rometía quemar las páginas, por el que la editorial había desembolsado un ade
vían por inercia en una trama sin pulso. La pasión. Esa era la palabra que la perseguía, la acusación silenciosa en cada línea que intentaba forzar, la falta abismal que convertía sus frases en papel mojado. Su novela, se
n contraste brutal con el desierto que sentía en su interior. Se levantó de golpe, la silla de madera chirrió sobre el parqué antiguo, y cruzó la pequeña sala con las manos en las caderas, observando su pro
más allá de la pluma, era cómoda, sí.
había vivido. Sus relaciones habían sido serenas, racionales, cómodas. Nada de vértigo. Nada de locura. Nada que la lanzara a un precipicio emocional d
minó, el nombre de Sofía parpadeando con urgencia. Clara dudó un instante, el corazón dándole un vuelco. Sabía lo que venía. Aquel correo electrónico con la
que su voz sonara más l
ria de los sueños imposibles? -La voz de Sofía, siempre
co que me odia. ¿Supongo que ya viste lo que te mandé a
í. Tres veces, par
sión física le subía por los brazos -... es perfecto. Tu prosa, tu estilo, la
ranza que se abrió paso entre
nde está el pero? Escúpelo y
no me hace reír a carcajadas, no me hace querer arrancar la página y tirarla por la ventana con rabi
rítica le resonaba en los o
forma de... de meterle fuego. No sé cómo d
cribir, Clara. Estás bloquea
ncanta tu rutina, tu café perfecto, tus libros, tus cenas tranquilas, tu zona de confort. Pero para esta
ve la pasión" po
urso de flamenco clandestino? ¿Me lanzo a los brazos del primer desconocido guapo que vea bajo el
una carcaja
mañana mismo. Me refiero a que te expongas a la vida de otra manera. Sal de tu zona de confort, Clara. Mira el mundo de
ó Sofía, su voz
ue ver con tus libros, con tu burbuja de escritora. Algo que te obligue a lidiar con gente real
n qué? ¿Una panadería en La Latina? ¿Una tienda de
investigación de campo en toda regla. Observa. Escucha. Y, quién sabe, quizás encuentre