Mateo se sentía como una cáscara vacía, un eco de lo que fue. La bod
cipal de la finca Montoya. Necesitaba algo de ella, un perfume, un
alfombra. La puerta del despacho del padre de Sofía estaba entreabierta. Oy
a seguir con esta farsa? ¡Mateo
or qué su suegro llamaba a Isabella "Sofí
la de Isabella, pero el tono... el tono era
on los inversores asiáticos se caerá. ¡Es el futuro de la bodega! Mateo es fuerte, sobrevivirá. Cuando naz
Mateo se conv
urió fue
u esposa. E
i
pasar por
abitación de al l
tener un
ra asegurar
tud que no podía comprender. El aire se le escapó de los pulmones. Tropezó hacia atrás, chocando con
la conversación se
ó como si el mismo diablo lo persiguiera, huyendo