a había c
en una luna de miel perpetua. C
ose frente al Peine del
txakoli en un restauran
rando un nuevo bolso de Chanel que, casualmente, era
. No de dolor por Adrián, sino de rabia p
ara a la galería, Mateo y yo estábamo
sa Clará y Navascués para el sábado
quisiste, Sofía. Tienen una fecha libre el mes que viene por una
Isabel mil veces, mientras ojeábamos revistas de novias en la un
ateo esa noche, mientras cená
r. Dijiste que parecía un castillo de cuento», respondi
cord
ca se habr
n, entonces?»,
en
parece p
sonrió. Una sonrisa genui
ue ya he da
era aterradora y marav
tocar jazz o pop. Descubrí que odiaba el color lila y que su tarta favorita era la de zanaho
e un puzzle que nunca nos h
de invitaciones esparcidos por el suelo. Me desperté de madrugada,
ante, me se
cogí mi
n el desayuno en la cama. En su mesilla de noche, un libro. El
ojos. La r
movió a
untó, con la voz r
S
res. Míra
penumbra del salón,
udad haya visto jamás, Sofía. Y ellos se van a trag
e c