el sonido de un caballo
, una bestia magnífica y temper
creían
teo, cuya cara era una mezcla de ira y
mal legendario, propiedad personal de la matriarca. Nadie, e
tó Alejandro. "¡Ese
xtraño", respondí, c
néticamente a Mateo. Él asinti
, intentando recuperar el control. "Sofía puede de
ier. "Monta, Sofía. Muést
éramos niñas, pero el estilo de doma vaquera de los Montoya era otra cosa. Era un lenguaje secreto entre
linaje hecho
s movimientos eran torpes, inseguros. El
!", gritó
ción de principiante. El caballo relinchó, enf
s por el patio. Fue una imitación burda, una caricatura de la verdad
y políticos, no jinetes expertos. Vieron a una muje
mó Mateo. "Ella
queño éxito, me miró con despr
suficientemente alto para qu
l escote de mi vestido y sac
símbolo de poder que había pertenecido a la matriarca de los Montoya durante dos
Sofía a la multitud. "Me nombró su sucesora para proteger al c
en coma por un "accidente" que ahora es
a su favor. La prueba física, el símbolo de au
hundió. Esta
ción!", grité, pero mi
autoritaria a mis espaldas. "Yo
g
lia durante treinta años, el hombre en el que mi ma
na máscara de s
una falsa compasión que me revolvió el estómago. "Vi a tu madre darle
peó como una ola,
stra familia. El hombre
tam
el acero. "Detengan a esta mujer. Está perturband