l cabello de Isa
u mirada era una mezcla de sor
, satisfecha
te, recogió su pañuelo del s
l apetito," dijo con u
, dejando a Alejan
eterioraba visiblemente c
u creciente fragilidad, su palidez, la forma en q
carácter, a manipulación, a un
abella y enfermera, había intentado
, Alejandro. Necesita
despachado c
tos, Carmen. Isabella esermedad, del amor secreto de Isa por es
de la quinta promesa, Isabell
a muy
tarde gr
bar con Lucía, celebrando su "inminente lib
ría definitivo
venganza de Isabella, o más
a muerte de Isa, Aleja
de la Ruta 40, la míti
iones con la caligrafí
das típicas para probar, p
l viaje de
zcla de despecho y una extra
o? ¿Burlarse de él inc
de su muerte por una esquela
Montoya.
ero fastidio porque ahora no podría
por un impulso que no entendía, d
en Calafate, uno de los l
o reconoció por la descripción
l señor que esperaba
libro de vis
ágina, una not
anecer contigo. Esperé,
calofrío. Ella había e
¿Antes
ta era de hacía a
, llegó otro paqu
ntos folklóricos titula
La Cuentera
gina, una dedica
a escuchar las historias del viento y
ó el ceño. ¿Isab
del Valle". Una escritora anónima local muy elogiada
s en un suplemento cultural y le habían
a inve
orial, a críticos
lo golpeó
a era "La Cuent
nsideraba simple y aburrida, era una t
arde en el escritorio, escribiendo. Él pensaba qu
incredulidad y una punzada de algo q
en llegar. Fue Carmen quie
la salida de
Carmen, con los ojos lleno
en cuero viejo. Y una peq
ó, sintiendo un
ad de su lujoso aparta
io de I
gina, la verda
do por él, desde que e
s Torres. Su sonrisa ilumina todo el
a humillación,
stra casa. Lloré en silencio en el baño pa
taria contra
Tengo miedo, pero no se lo diré a nadie.
ad sobre
Lucía
r presiones familiares. Se fue con un empresario italiano mucho más rico
lación má
ve accidente de polo. Quedó inconsciente varios
lamaba a Lucía. "Lucía, no m
, desesperada, no
en se quedó a su
e susurró palabras de aliento, lo
, para que aceptara sus cuida
ontó historias que sabía
te dejaré," le susurraba Is
la verdad. Creyendo que había si
nunca s
bien, que lo ayudé. Aunque él nunca sepa
aire le faltaba. Las lág
arrador escapó
pelo. Dentro, los trozos d
ado del cuello una medalla que ella llevaba y la habí
do los pedazos y
s en su mano hasta que los bor
omparado con el infierno que