un pueblo de Extremadura, siempre se presentó como un chico humilde, de valores tradicionales, y con una aversión casi patológica al gasto. Yo, estudiante
en Vinted. Vendía ropa vintage que encontraba en mercadillo
parte de su beca cada mes. Ese gesto, supuestamente noble, era su coartada perfecta. Con la excusa de que su dinero estaba "ahorrándose para nos
pió una tar
cido. Una voz nerviosa me informó que J
plicó la voz, "dijo que era para pod
ón se me
rna y un brazo escayolados. A su lado, una chica menuda, de ojos grandes y asus
r, conmovidos por su historia, organizaron una colecta. Estaban todos en el p
voz un susurro temblor
n enormes. Tienes que usar el dinero del bote
ticamente vacío. Los gastos de Javier si
ro... ya no está
a cara de Lucía se transformó. La tristeza
ue nos rodeaban. "¡Mi hermano metía ahí casi toda su beca! ¡Ahorraba ca
a reaccionar, Carlos, el compañero d
come pasta blanca casi todos los días. Lleva la misma sudadera rota des
ompasión, sino de puro desprecio. En ese instante, dejé