a, la poderosa CEO de Bodegas Valdepeñas, aunque yo, Ma
ción de un cargo en su tarjeta corporativa, miles de euros para un retir
Carmen en Jerez, me obligó a soportar la presencia de Iván en nuestra propia casa, y en el acto más vil, destro
íntima que le compuse, y finalmente, me tendió una trampa, acusándo
a podía ser tan monstruosa, robándome todo, mi arte, mi dignidad, mi l
esperanza al revelar un secreto olvidado: una cláusula en nuestra capitulación mat
reció como mi protectora, y juntos, con una precisión meticulosa, trazamos un audaz plan p