decisión por mí. Me
me a los ojos. Su voz era dura, como siempre. "La finca de Mendoza nec
Para ellos, yo era una pieza en su tablero, una herrami
eto, el enólogo que creaba los vinos que le d
nterior, una vida de humillación que terminó en
esta donde to
la que cuidé durante meses mientras s
s ese medallón?", preguntó
le había regalado, el que yo
"Es una reliquia familiar, Isa
a mentira. "Siempre ha s
ó. El sonido resonó en el gran salón de la bode
nueva vida, las cosa
. No buscaría la aprobación de
con una calma qu
, dije. "Iré
el ceño, sospecha
n m
mbra de Ricardo, el genio invisible detrás del heredero cari
so Is
a no recordaba nada después de su accidente de yate. La cuidé du
ó "El G
completo, solo el a
ro, una mezcla de hierbas secas de nuestro
pre me encuent
falsa emergencia familiar. Me alejaron ju
entaron a
Guardián",
recuerdos borr
la hipocresía de mis
madre, su voz teñida de aliv
con un sarcasmo helado.
zar mi partida. Un billete de avión, una
bró. Un mensaj
amos en la finca.
ese mensaje fue el pr
a situación íntima. Ricardo me sonrió, v
céptalo. Soy
mensaje con el
, res
ía lo que encontraría. La m
atardecer bañándolos en una luz dorada.
una distan
Se separó de Ri
e que hayas venido". Su
s lo mejor", dij
necesitara recordármelo. "Tú eres su hermano m
te", respondí, mi rostro
Me miró, buscando algo en mi
extendiéndome una invitación. "La fiest
itación. "F
s, una extraña inquietud en s
gí de h
lta y regresó
sucedió. Igu
ido. Un
uras de madera que adorna
a, sin dudarlo un segundo, se la
a pesad
me quedé quieto pa
paso
lo donde yo había est
rprendidos. Yo los miré, con el p
a me rozó el brazo, abriendo
arado con el hueso ro
Luego miré a Isabella, que
preocupación por mí
grima, la última que derramaría
los
aca
nte se