grave, pero el susto y la
me atendió en
ben dónde está?" pr
a cabeza. "
ga se fue con su prometida. Pa
o. S
con algunas vend
ué a
ro estaban en el sal
vaste," decía mi madre, acar
comentó mi padre. "Siem
no de Sofía. "No te preo
reguntó có
trar, cubier
ció el ceño.
cidente," dije
dre con severidad. "Ya tenemos suf
ni siquier
mi habi
o sumisa. Había esperad
n
ado. No porque él no me quisiera, s
cruel, manipulado
a clara: liberarme. En
na
en mis propios térm
Sofía entró en mi
onrisa burlona. "Pensé que ya estarí
de hombros
mí," continuó, examinando mis cosas con
lma. "Qué bien
o, sorprendida por
te im
. "Alejandro ya no me int
trajo de rabia.
. "Sé que sigues o
te. "Piensa lo
abitación dan
a paz. La decisi