e, llamé a una casa
señador y unas obras de arte," dij
gafas de montura dorada, llegó a
iamantes que Mateo me regaló en n
generoso, señora Vargas. E
ero
casi me
que coleccioné con tanto car
, cada pulsera, cada cu
rido a una cuenta nue
omaba un café en una ter
le
utique exclusiva,
o que yo había deseado en silencio.
que había dudado en vend
e lo ha
adornada con
o de celos, sino de
nte. Era la nueva señ
a un lugar," le dije
alería de arte popular mexicano, mi an
cía cada grieta d
as penas en mezcal?" bromeó, aunqu
" sonreí d
al Panteó
les, creando un juego de luces y
n un traje gri
icho," dije
ertos como platos. "¿Un nich
norando su asombro. "Quizás cerca de un árb
a peticiones extrañas, n
la sombra de una jacaranda cuyas
en efe
a. "¿Me vas a decir
ra, el olor a tierra húmeda y flo
dinero de las joyas que Mateo me dio, las obras de arte que com
mi mano. E
estás as
o cáncer, Carmen. De
on ellas, una lágrima soli
a. Solo me abrazó
os silenciosos c
semanas, no me sent
l dolor volv
corrían el cuerpo, d
mesita de noche, pero mis manos tembl
en la alfomb
mir en la habitación de huéspedes,
ó, arrodillánd
nado por el dolor, el s
tomó mi tel
na furia helada. "Más te vale venir aquí ah
e que él pudi
ndente fuerza y me ay
a puerta principal se
itación, su rostro un
como una som
preguntó Mateo, su voz dura. "Te
cada en la cama, y su
on tus dramas. ¿Q
l y yo. "Tiene un dolor ter
voz dulce y empalagosa. "Viene en camin
obación. "Ves, Carmen. Valeria se
Deja de fingir, Sof
ama, una sonrisa apenas
beríamos irnos. Parece que
ijo él, tomando l
ron par
voz rota. "Destruiste nuest
tuvo, pero
linó hacia mí, su aliento
. Mateo y yo pasamos noches maravillosas allí. Inclu
lpeó con la fue
estra cama.
primigenia, surg
anté y le di una bofetada a
esonó en la
agudo, llevándose una man
eo, girándose. Sus
ndome con un empujón que me
cegó por u