a impecable y gesto serio, dejó el i
taba ser suave, "el diagnóstico es
ero las palabras parecían
ré. No
ntenso se inst
regunté, mi voz a
alturas, solo cuidados paliativos. Alargar
rrumpí. "N
ue me quedaba, no conectada a
co sintiendo el sol en la cara, un sol que de rep
o primer departamento
aredes desconchadas y
leno d
inado sobre su restirador, dibujando planos
vibrantes, intentando capturar la magia de nuestra
ines de semana. Con ese dinero y lo poco que él ga
ramos
nido de su risa cuando quemaba la cena, nuestras manos
o. Y yo, creí
cam
fundamos con mis ahorros y la vent
teo Vargas, el arq
Polanco, con ventanales enormes
de la Narvarte
ó distante.
n un legado, c
podía
bra que se clavó entre no
uando apareció
Joven, ambiciosa, con
ateo se hicieron más frecuentes, su
frialdad de sus besos, en e
manas, la herida se
a mi santuario, el lugar donde iba a recordar quié
y la puerta e
caban mis muebl
ba allí, s
pregunté, la v
Valeria necesita un lugar donde viv
erdos, apilados en la
elo desaparecía
nuestro lu
l, con frialdad.
ágrimas cegándome, el
o se rompió
gresó tarde a la
erfume caro qu
ar, pero mis manos no obedecían. El dolo
voz monótona, "¿
rtafolio en el sillón
dije, mi voz más fir
fastidio. "¿Ahor
mport
, pero su mirada
zada," soltó, como s
mano se resbaló y se hiz
se i
decir, el sarcasmo go
a. Sabes que siemp
mí, Mateo? ¿De nue
, encogiéndose de hombros
abra era
pedazos de vidrio, él
ría conmigo, se
ocupes por ella... sí, el departamento de la Co
nido d
de lujo que seguro pagó con el
sentí. Asc
rcio, Mateo," d
risa seca,
se te ocurre? No se
o. Es lo único
ijo. Un heredero. ¿Entien
ba. Que mi amor, mis sac
e, sintiendo cómo la última c
io. "Tengo que irme
a. "Ahórrate el drama
e f
fermedad y los pedazos de nuestro
intensificó, una punzada
a el teléfono. N
l número
n de
otra
n de
ompletam
e muerte y la cert
nación fría
lo haría en mis
guna forma, sa
rgo del agav
a mi vid