la lengua. En sus movimientos había tanta pasión, ímpetu y, al mismo tiempo, una ternura ind
to, deslizándose por las paredes, lamiendo el interior y la entrada de mi intestino,
nque las manos de él ya acariciaban mi vientre y mis pechos, recorriéndolos con cui
brevemente mi trasero. Luego deslizó la mano por m
e manera tan íntima. Mi chico ni se había planteado tocarme así. ¡Qué imbécil! N
do mi sexo, al mismo tiempo que con la otra mano acariciaba mi clít
entregaban un cosquilleo delicioso. Ílya comenzó a morderme los muslos. A
er. De los fuertes dedos que amasaban mis nalgas, arqueé l
ulsos agradables e indescifrables que luego se desvanecían, pero al mi
ación. Se me cortó la respiración y por fin supe dónde ardía ese fuego. Me quedé paralizada. Todas las sensaciones se conc
a. Al principio dolía,
iversidad no valen para nada! Solo saben moverse cinco minutos en un baño... - pensé con un dejo de de
ateridas de mi ano, permitiendo que es
o de un solo empujón. Las sensaciones eran maravillosas. M
excitante, no lo deseaba aún. Quería que esos toques continuaran. En m
anal - dijo el homb
omenzó a mover los dedos dentro de mi ag
La imposibilidad de eyacular me volvía loca, al
po temblaba mientras movía
- preguntó,
Sí
equeña zorrita? -
. - co
do los dedos rozaron
er tan abrumadoramente intenso. Pero
ardía deseando algo más sustancial ahí dentro, y ese pensamiento me llenó d
lgo, lo que fuera. Mi clítoris palpitaba, aunque el ansia de correrse había menguad
i agujerito, imitando a un corazón, se cont
aliente, firme y húmedo pr
exclamé s
aguantar un poco, luego
ue fácil. Notaba presión en mi ano; el orificio parecía demasiado pequeño para si
narse. Todo se salió de su eje cuando Ílya Víktorovich empezó a moverse
la polla y de repente la embist
penetración parecía rebotar contra mi cráneo, inundándome desde
lvis con avidez para encontrarme con esos vaive
era, dónde estaba y qué hacía. Solo impor
s nalgas una y otra vez, para luego ensartarme de golp
o tiempo llevábamos así, disfrutando ese placer, si
iendo una tras otra, y aunque flot
.. aaah... correrrrr... - sentía un pl
haciéndome jadear, sintiendo cómo su polla caliente y dura agrandaba mis paredes
: estaba teniendo el puto mej
e con fuerza, Ílya Víktoro
timo dique que me retenía. Y con él desaparecía yo. El orgasmo m
e apretaron solas, y al mismo tiempo sentí dentro de mí e
idad cómo su polla latía en mi culito,