img Una novia de mentiras para el millonario  /  Capítulo 5 ESTO ES SOLO PARTE DEL CONTRATO | 100.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 5 ESTO ES SOLO PARTE DEL CONTRATO

Palabras:1395    |    Actualizado en: 13/06/2025

LE

iedad, hombres que solo hablaban de inversiones, monedas extranjeras y, sobre todo, de mujeres como si fueran objetos. Sus risa

o caminando por el pasillo. Su porte altivo seguía intacto, pero había algo en su expresión... se a

: Marcelo. Mi nuevo jefe, mi supuesto acompañante de la noche, caminaba con un

olió. No tenía derecho a sentirme así, pero lo hacía. Respiré ho

na sonrisa radiante, levantando una mano para saludarme. Con es

con ese tono despreocupad

s segundos, eligien

o que estabas ocupado

n niño que acaba de hacer una travesura

i exesposa está completa

echaba era cierto: había estado hablando con ella. Y por más

ho por ti. Después de todo, es

omé una copa de vino, vac

ato. Te pagaré el monto completo, como acordamos, pero

tomaron por sorpresa. Fruncí el ceño

que tus intenci

-preguntó, notando

yo para opinar sobre lo que q

ar sintiendo. Para él, lo importante era el triunfo de su plan: hacer que su exmujer sintiera celos. Pero qué ingenuo era... si

lla. Y en esos momentos, yo volvía a convertirme en su juguete. Me acariciaba la espalda, me deposi

rgarme sin mirar atrás. Pero necesitaba el dinero. As

. dos trag

da vez más evidente. Se comportaba como si solo estuvi

ero un mareo me sacudió. El alcohol ya estab

i voz sonó arrastrada-

eron con sorpresa y, por primera vez en toda la noche, mostró un

¿Quieres que

ramente. Pero, aunque mi cuerpo traicionara mi estabilidad,

riedad. Pero por dentro... me estaba muriendo. El estómago me daba vuelcos, un as

as alcancé a agacharme antes de que todo el alcohol que había ingerido saliera de golpe. Las náuseas se

a vueltas, como si estuviera en caída libre dentro de un sueño sin fondo. No podía ser

RC

arse, y mientras lo hacía, ella me miraba. Sus ojos eran puñales que se hundían en lo

de irnos, pero cuando miré hacia su silla, estaba vacía. Fue entonces cu

é a uno de los invitados cercan

baños, y al llegar, encontré a un par de mujeres en la puert

rpo. Valeria estaba en el suelo, apoyada contra la pared, con la ro

pasado? -susurré, más

spalda me sacaro

esa "solidaridad de género" de la que tanto hablan? Ven a

mana? -preguntó una de

emente me agaché junto a Valeria y l

Valeria, ¿

lcohol que salió de su boca me hizo sonreír con cierta ter

pasó? -murmuró, trat

n suavidad, pasando un brazo por su espalda para ayudarl

asos torpes. La saqué por la puerta trasera, evitando así los murmullos de los invitados y, sob

asta mi mansión, lo único que pude hacer fue acariciar su mejilla con suavidad. Me invadió una sensación de culpa; yo la había arrastr

. Se veía tan frágil, tan vulnerable... Tan solo tenía 21 años. No podía permitir que esto volviera a ocur

ún punto de la noche, el agotamiento me venció y también

Anterior
Siguiente
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY