img Una novia de mentiras para el millonario  /  Capítulo 4 EL CONTRATO | 80.00%
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Historia

Capítulo 4 EL CONTRATO

Palabras:2002    |    Actualizado en: 13/06/2025

rc

no pudiera creer lo que estaba escuchando-. Si realmente quieres darle celos a S

os detalles para que Valeria tuviera todo lo

ha. No quiero a otra mujer, solo quiero que ella sienta celos, que se dé cuenta de lo que per

ad de jugar a ser benefactor, aunque tengas el dinero para hacerlo. Además, podrías estar con la mujer que qui

eria y yo, tampoco tendrá acceso a nada mío. Solo será un contrato de tre

ás caro, la llenaste de citas en salones de belleza... ¿Qué demonios quieres? ¿Qué te hi

lgo en ella me inspiraba a darle el cielo y la tierra. Aunque el contrato tenía un propósito claro, no podía evitar sentir cierta emoción a

e apoyaré. Solo lo sabremos tú y yo... bueno, supongo qu

, lo tendré -resp

te, en un lugar estratégicamente público, donde sabía que los paparazis estarían al acecho de cualquier noticia

s instrucciones. Ahora solo quedaba esperar su respuest

eri

icen que es para ti! -Nicol irrumpió en la sala con

sto? -pregunté,

ta pidiendo que revisaras tu correo. ¡Anda, ve! Yo me encargo de recibir

ienda entera. Con el corazón latiéndome violento como si fuer

s para nuestr

podía contener la risa ante algunas de sus exigencias, pero tampoco podía retractarme. Ya había firmado el contrato de ma

e ropa impresionante: conjuntos deportivos, vestidos elegantes, prendas de diseñador... Cada prenda parecía hecha a mi medida,

n todos los estilos y colores imaginables-y, como si eso no fuera suficiente, u

lujo, sintiendo que mi mundo se tam

estaba lejos de ser moderno, así que tener este dispos

col, maravillada con los regalos q

un par de veces y aun no entiendo por qué, entre tantas mujeres, me eligió

tha Sean, tienes que lucir perfecta, y Marcelo lo sabe. Por eso te ha enviado todo esto. No desper

se apoderaban más de mí. Era solo un año, sin compromisos emocionales ni intimidad. A cambio, tendría acceso a todo lo que quisie

vado. Fueron seis horas de transformación, seis horas en las que, poco a poco, me convertí en una versión completamente distinta d

a su mesa, sus ojos se iluminaron como si estuviera viendo a una diosa. Se levantó de

con un tono que sonó demasiado sinc

ir que hicieron un gran trabajo conmigo. Ahora dime, ¿qué es ex

cable, su piel cuidada, el brillo de sus ojos grises y la seguridad con la que se movía lo hacían parecer un hombre mucho más j

vento con su amante y, cuando llegue, tendré que tomarte de las manos, acariciar un poco

ondí con absoluta sinceridad.

omún verlo con una mujer mucho menor, y los murmullos lo confirmaban. Algunos aseguraban que lo ha

al vez, iniciaría una relación seria. También me presentó a varios empresarios influyentes y sus esposa

rla, ni siquiera si naciera dos veces. A sus 35 años, conservaba una juventud impactante, con rasgos perfectos, un cuerpo impecable y una elegancia que la hacía destacar en

rcelo me sacó abruptame

o miré si

s. Es parte

ios en un beso intenso, justo frente a todos, incluida su exesposa

saboreaba mis labios, agradeciendo internamente aquel delicioso pretexto. Poco a poco, la tensión entre nosotros se fue disipando, y la noche comenzó a fluir con más naturalidad. Su trato, su

rc

estaba bien, lo haría cuantas veces fuera necesario. Sin embargo, su expresión cuando me vio besar a Valeria lo dijo todo. Me estaba observando, analizando, y

le pregunté a Valeria. Su sonrisa encantadora y su asentimiento

l roce de unos dedos suaves deslizándose po

s conseguido u

a demasiado bien, ese que solía desequilibrarme. Mi p

rmeza, apartándome de ella-. Es l

os tiene? ¿Veinte? -Samantha dejó caer sus palabras con ese tono burlón que conocía tan bie

iene veintiuno, pero eso no es asunto tuyo. Mejor ve con mi primo, deb

o el sonido de sus tacones resonando contra

o-. Te va a dejar en la calle, pero antes de que es

te está exprimiendo hasta dejarte en la ruina? -rep

malicia antes de s

un león... pero tú sigue regalándole tu

desapareció del tocador, pero la satisfacción de verla

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