ítu
ad de los
pero poderosa. Como si el tiempo, por fin, h
omenzaba a florecer. No con la prepotencia de los que vencen por
parte de e
tud, los controles médicos revisados cada hora, la infusión con la dosis precisa y una prese
ser atendida por cu
oz, su mirada clara, sus manos que sabían leer un cuerpo
tras la doctora le acomodaba los cojines-. Pero con u
o que defender -respon
parece una
arece...
na risa que le i
Tú ya eres libre. Y ni si
idad, memoria. A veces hablaban de libros. Otras, de errores. Yessica escuchaba con atención y, sin darse cuenta
día ser dada de alta, la noticia se celebró con cautela. C
uir en el proceso de recuperación domiciliaria y quien, por protocolo, su
llas para los turnos rotativos -
levantó la man
N
ca pa
erd
nadie más. Te
silencio, como si no hu
Connor
or mi nombre. Ademas... No quiero ni una ni dos ni cinco enfermeras. Te
ar. Le incomodaba hablar de
es el dinero lo que me
o te ofrezco el doble. No, el triple. No habrá horario estricto. Tendrás libertad de movimiento, y todas las condicio
s de ella. Margaret ya lo sabía todo. Su historial académico, su desempeño impe
rmuró-. Pero usted tampoco n
garet, casi suplicando-. Porque n
silencio
l dinero. Ni siquiera por la responsabilidad médica. Sino por algo mucho más pro
Lo necesario para estabilizarla, y nada de pagos espe
e era una victoria más gr
go apretado. Porque si bien había aceptado, no podía ignor
ot C
techo con él por catorce días era una mezcla de
o a sí misma. "Soy una pro
s se desmoronaro
a mano y su porte imponente eclipsando la luz del pasillo. Ell
aceptaste cuidar de
ada palabra llevara una dosis exact
-respondió Yessica,
rme. Se detuvo a menos de un metro.
o apr
seco de esa frase. Pero
obarlo. Es su ab
estés ahí. No necesito tus cuidados. Puedo c
Más ajeno. Má
aje era
cho se contraía, pero no
por ella. Por la decisión de Margaret, si us
o. Despiadado. Luego asintió co
sos rápidos. Pero cada zancada era un grito ahogado. Un impulso por ll
el pasillo. Se apoyó en
ró. Pero
hubiera roto algo que había logrado m
manas -se dijo-. S
condena. Porque a veces, el corazón no sang
estaba aún
a... era que Elliot ya había
o había dormido una sola noc