ntió como le hervía la sangre al imaginarse a esa mujer con el que había sido su marid
contestar la llamada, dejando a
guntó Maximilien furio
e cenar juntos en casa de mis padres, no pued
odré acompañarte, tal vez luego -dijo Maxim
ro ella no estaba dispuesta, se le veía visiblemente molesta y lo mirab
lena, ¿piensas que a estas alturas voy a cr
e explicaciones a tu prometida, porque yo a ti no te
o quise darte el beneficio de la duda, pero veo que una
na furia de la habitación, necesitaba
y esa sensación lo volv
e de esa manera tal vez pudieran tener una oportunidad juntos, pero por otra parte existía la
urgencia ir a su estudio para tratar de tranquilizarse, tomó una botella y se sirvió una copa, se
momento no podía pensar con claridad, necesitaba algo que le hicier
a habitación donde tantas veces Maximilien y ella habían hecho el amor le provocaba un gran sufrimiento, quería odiarlo
or de su corazón tendría que permanecer toda una noche en esa casa donde
n con ella, todos en esa casa le tenían mucho cariño,
qué tuvo que marcharse las cosas ya no fueron igual en esta
puede diseñar su propio destino como muchos piensan, yo siento que todo está escrito, y
tengo trabajando en esta casa, me siento con la libertad de hacerlo, la señorita Diana no es mujer para el s
ficiente, seguramente muy pronto ellos vendrán a vivir a esta casa y
, tan presente como el primer día Sra., él no ama a Diana, ella sólo es un escape, conoz
que aquel hombre tan soberbio que acababa de salir por la puerta pudiera seguir am
, hasta que todo quedó en silencio, a Helena le estaba costando mucho trabajo conc
ve que venir
para poder soportar todo eso que estaba sintiendo, vo
recordaba ese terrible día en el que se había enterado de que
deraron de él nublando por completo sus pensamientos y te
ciliar el sueño, seguía absorta en sus pensamie
ncender la lámpara de noche vio asomarse a Maximilien, q
ella quiso moverse, sintió como su
i la sola presencia de Maximilien la perturbaba, ahora te
tes la sujetaban abrazándola a su cuerpo, quiso zafarse, pero
sponder a ese abrazo y quedarse pegada junto a
as que dejarme para irte con él? -R
cto que estés aquí, Maximilien, debes irte, has bebido mucho y segur
rraba con más fuerza a ella, acercaba su
sentir el contacto de su pie
arga eléctrica recorría todo su cuerpo
os, y sin embargo sus cuerpos
mor que se resistía a morir y el fuego de la pasión que los quemaba en su totalidad, y que esa