img ME ENAMORÉ DE UN AMOR QUE NO ERA MÍO.  /  Capítulo 4 Mauro | 80.00%
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Historia

Capítulo 4 Mauro

Palabras:2338    |    Actualizado en: 28/05/2025

E UN AMOR QU

ítu

s a María. Empaqué y subí al parque, quería aprovechar para v

s her

ias -

ucho, espero verte p

los

matar a

d. Eres tan hermo

río me recorrió la columna. Lo qu

a tu casa? Creo que es hora de

de procesarlo, ¿de verdad era

regunté en un gest

rió-. Aunque yo quisiera ir de inmediato y decirle que su hija me encanta que quiero ser su novio, pero no creo que tu papá lo vea de buena manera, así que ni modo tocará esperar para que tu

una risita. Eso se e

d lo harás

moré de ti, puedo decir que la primera vez que escuché tu voz algo dentro de mi cambió y luego lo confirmé la primera vez que te vi. Quiero hacer las cosas bien porque de verdad quiero que seas mi novia. En este momento podría pedirte que empecemos a salir a escondidas, al menos mientras tenemos la aprobación de tu

sentí que los pies se me quedaron pe

sta eso olvidé. Respiré profundo tratando de controlar el enj

ado de una persona, me sonrojo con una mirada, al escucharte se me acelera el corazón, cuando estás cerca la piel se me pone chinita, me tiemblan la

iré con fuerza para poder s

n escuchar que estás dispuesto a hablar con mis padres, sé que para los chicos de ahora eso es tonto, pero tú quieres hacer

manos y dejó un

co de nervios al pensar en la impresión que tendrá tu papá de

ría para subir por mí e irnos juntos en la tarde. Mi trabajo era decirle a papá que un amigo iría a casa. Eso me daba un

asta el carro, dejó un beso en la comisura de mis labios y sonrió. Luego me entregó un paquete, dijo que era un pequeño detalle para mí. Me negué a recibirlo, pero él insistió, me dijo que si no lo hacía se iba a sentir mal.

ena de mecato. Ella decía que no había nada más emocionante que esperar los sábados la visita del muchacho que le

no lleguen a esos

a la sensación más hermosa. Es increíble lo que puede provocar una mira

.

e. Nos fuimos a mi habitación, la felicidad se me

a ti, muestran una sonrisa, pero en cuanto te das la espalda, te a

pequeña, me bombardeó co

o be

gu

besaste a

isita, al i

con 16 años y apenas tu prime

-. Por supuesto que me

ero de la buena -sonrió-. O sea q

ojos en

s estamos iniciando. C

que me guste tanto como para hacerlo, cua

sé cómo haces para escaparte. Do

que tu Mauro viene el sábado, que emoción ya quiero conocerlo para

, su forma de ser y tratarme

a bolsa que te dio llena de meca

res una interesad

. Un novio guapo, además especial fuera de

los se enamoraban de ella, pero ella solo se fijaba en ellos por interés. Cuando

eso es lo de m

o que bueno por ti, al menos ya te dejan tener novi

decisión de papá. Lo único seguro es

hero -. Quiero crecer rápido para

ajada, ella fr

te ríes?

enes novio y has

una

todos. Siempre es a escondi

jara escuchar su voz, la dejé, pero le dije que no hiciera ruido. Él me decí

uego me tocaba a mí. Me comentó que lo que veía difícil era que papá aceptara que se quedara a dormir. Pero Mauro no podía irse el mismo día, el pueblo estaba

.

, hablaba con Mauro. Juliana todos los d

simple amigo. Pero le dijo a mamá que no había problema. El problema era que quería escucharlo

.

le dije que un amigo quería visitarme y conocerlo. Su silencio fue aterrador, luego empezó con preguntas leves, quién es, cómo se llama, de dónde era su familia, qué hacía. Empecé a contarle un

s con calma. Tómate el tiempo de

... por ahora, luego ver

amistad. Solo que primero está tanteando el terreno. Ana, te conozco y nunca antes hablaste así de un amigo... Con tanto interés. El

muy des

e pasa. Claro que seguiré enfocada en terminar mi bac

Corrí a contarle a Mauro, se puso feliz aunque seguía nervioso. Esa

ba

ndo salí del colegio él me estaba esperando. Se acercó, me saludó dejando u

segundos, los minutos, las horas

a risita

semana

r fin pude ver esos ojos her

Lo acompañé a comprar unas cosas que quería llevar a mi casa, le dije que no era ne

uestro destino. Teníamos que caminar cinco minutos más para poder llegar a casa. Sus manos estaban heladas, hacía respiraciones profund

icto, pero no es un o

ía con él -apretó mi mano

relajó un poco. La verdad ambos respiramos aliviados. Se quedaron platicando, la conversación fluía de maravilla, mientras yo le ayudaba a mi madre a

a, ¿pas

ltó una

uería conocer a

mosa eres

pude aguantar la curiosidad. Ade

la primera vez que ella bajaba a dormir a casa. A

inua

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