aunque lo fuera un poco -digo -me aclaro la garganta- no me interesa la verdad ver sus armas, ni nada que tenga que ver con
n sus asuntos, ignorando por completo al enorme tigre salvaje que me acorra
e unos segundos, para admirar su abdomen -¿muy segura? Si salgo por esa puerta...no
gocios", huyendo de la policía y de cualquier l
produciendo un lento y sensual movi
que continuaba sin entender bien, por qué las personas ha
prohibido y el sexo -concluyó convirtiendo su voz en un susurro -lo unes todo y obtienes una explosión de lujuria -me quedé en silencio, analizando cada
desaparecido una vez que le comenté sobre mi embarazo. No estaba en sus planes y tomó el cami
erpo arder en llamas; no dude en contactarme -se inclinó lo suficiente para alcanzar el lóbulo de
caótico. No era primera vez que el señor Müller y yo cruzábamos palabras, ni la prim
. No entendía con exactitud porque me permitía fantasear con la idea de escribirle una carta y vivir al menos unos minutos d
ta me hizo volver a la realidad. Mi apestosa realidad, soy una mujer
de
a, eres una adulta de casi
ncontraban aglomeradas riendo y hablando alegremente, ignorando por comp
con la copa en mano, me serví un poco d
música -el hombre canoso obedeció y seguidamente todos crearon un círculo deformado alrededor de mi -quiero agradecerles a todos por estar present
endré a visitarte, sigo siendo
ue has logrado y lograras. Espero que disfrutes a montones el nuevo apartamento que te compré -elevé mi copa en alto, sintiendo la
a mí con preocupación -creo que
suave, continué sorbiendo hasta acabarme más de la mitad -yo...hip...yo estoy bien...con un poco de -bebo otro poco -estoy bien...recuerd
... necesita
os invi
marchen -me respon
ser una borracha decepcionada a una triste. Matías, mi hijo, quien físicamente me recordaba tanto a su padre, con esos ojos osc
lases en la tarde... podemos ir en la mañana al departamento y acomodar un poco las cajas. No
prome
cómodo colchón. Me sentía cansada y muy borracha. Sabía que Matías no pensaba cumplir