teniendo el cáliz con su mano derecha, pero ahora, se encontra
egado aquí?-
su clásica camisa clerical negra con su alzacuello. Se encontraba en el claro de un bosque repleto de ahuehuetes, en donde
do?-se pregun
ostenía el cáliz dorado con un poco de vino en él, un fuerte dolor le golpe
usurró, tocán
ina de estiramientos. A sus 32 años, lo que menos le hubiera preocupado era un infarto. Incluso ahora q
te llegó el momento en que, a sus 25 años, se recibió como presbítero de la Arquidiócesis Primada de México, en el centro del País. Posterior a 5 años, tuvo la oportunidad de regresar a Petatlán, como Párroco de la Parroquia San Pedro Apóstol. Regresar, había
viera, trayéndolo de nuevo a su presente. Imaginó que tal ve
distrajo de sus pensamientos-.
ón de aquellos gritos, bajando una ligera pendiente
usted bien, señ
po que se giraba hacia él-. ¿En
el polaco, pues algunos años atrás lo había estudiado un poco, pero nunca había sido capaz de comprender
no tengo el gusto de conocerl
arlo, estaba justo a mi lado
s que eran capaces d
e encontrarse mu
s-, yo misma no estaba aquí,
os, ¿en dónde estaba entonces?-la cuestionó, pe
ndió, sorbiendo con la nariz-, é
der lo que sucedía; ambos habían muerto. Ante tal situación, sintió en su espina dorsal el frio del miedo. Sin previo aviso, un viento llegó detrás suyo, se trataba
ndo compañía"-pe
levantando la mirada y secándose las lág
noticias también a ella. Supo que la señora había c
dijo, aun sonriendo y tomándola de las manos-, es
-le preguntó, ya con el
- le re
enviad
cí, pero no debe preocuparse, estoy seguro de que el
casi infantil, como el de una pe
l es su nombre?-le
on aquella expresión en su rostro
s Tonatiuh, por favor caminemos mientras m
ran para solicitarle consejo, escuchándolos y conociéndolos lo más q
comenzó Maciej-, y bueno, ahora puedo decir que también
por lo menos lo era para él, que el día en que falleció fue el 21 de julio del año 2023, mientras que ella, parecía haber vivido en una época muy anterior a la suya. Presentía que la época a la que Maciej pertenecía, debería ser un poco posterior a la primera gu
¿en qué fecha falleció usted?-la
erable-, el año es 1923, pero el día lo desconozco, estuve m
con 100 años de diferencia y, sin embargo, se encontraban ahí, caminando juntos. El viento cálido que los había cubierto
ias por todo-pensó-
r una parvada de colibríes y por alguna razón, intuyó que aquellas pequeñas aves eran las causantes de aquel viento. Continuaron su camino, cuando a l
pensó, cuando se percató, que Maciej ca
ontraba avanzando hacia el reino de Dios. Llegaron a una pequeña colina, en la cual se alcanzaba a ver ya la ribera del río. Era un
r mucho ba
pero por la distancia era complicado identificar a que se debía. Conforme se iban acercando, pudo ver qué se trataba de personas caminando a lo largo de la orilla y otras atravesando el río. Desde diferentes direcciones, má
el río, la cual de forma inesperada se conformaba por perros. Había de muchísimas razas distintas, tamaños y colores, todos ellos sentados e inmóviles, viendo en dirección por d
apretándole el brazo-, los perros
daño-le contestó, intentando sonar animado
poco llenita que corrió ju
ras, bailaba descalza alrededor del perro. Al pasar de nueva cuenta al lado de la mujer, quien continuaba bailando
ibre aquí-pens
mbraba a hacer caminatas matutinas y durante ellas, un perro al que en algunas ocasiones pudo darle algo de comer, lo acompañaba. Se trataba de un perro mestizo, su pelaje era una
ven-le
o y jadeando, corriendo hacia Tonatiuh. Macie
¡aléjate!-
ijo él, mientras lo acar
a darle un abrazo como en la última ocasión en la que lo vio con vida. Al se
ciej caminaba bien agarrada de su brazo derecho, siguiendo con la mirada a Amigo perro, quien orbitaba alrededor de ambos, ladrando y moviendo la cola. Al lle
e dijo, de forma armoniosa-, no se pre
e pronto esa aparente calma se vio interrumpida por unos gritos desesperados provenientes de dentro del río. Sin previo aviso, como si se tratase de un delfín
se debe al barro-
ada se cruzó con la inoce
parecía decir aque
a Maciej por el hombro, pero ella ya se encontraba
entrecortada-, esperaré aquí p
anecían vagando, caminando entre la separación de agua y tierra. Notaba que todas
lado, Nuestro Señor nos espera allá con los brazos abier
r tan seguro, pad
azón-afirmó-, ¿a cas
peración. Quiero regresar, quiero estar con
e perderse para siempre y vagar hasta el fin de los tiempos a las orilla
suplicó, mientras intro
o el agua les llegaba por arriba de la cintura, Tonatiuh observó como el agua se levantaba enfrente de él; los ojos de la temible Iguana gigante se asomaban amenazadoramente, haciendo que detuvieran su marcha de inmediato. Maciej, aprovechó la distracción para poder soltarse, regresa
ontinuar?-l
que le fuera muy difícil nadar. De pronto, Amigo perro se sumergió por completo, al tiempo que Tonatiuh hacía esfuerzos por buscarlo y por mantenerse a flote. Sin poderlo evitar, su cuerpo se hundió del todo y justo en ese momento, sintió algo que lo levantaba desde debajo de su abdomen, pensand
do, mientras lo abraza
illa, los canes parecían exhaustos pero satisfechos. Cuando Tonatiuh se puso de pie y se dio la vuelta de nuevo hacia el río, pudo ver a cientos de personas siendo recibidas por cientos de perros a unos metros de aquella orilla, llegan
os ha juzgado-le dijo aquella jove
u natal Petatlán y a pesar de que él no lo hablaba, pudo entender lo que le dijo. Todo aquello, le parecía ya muy extr