L
i mente está en un torbellino. Desde la reunión con Zayed, siento una inquietud que no puedo sacudir. No solo es atractivo, con una confianza que irradia poder, sin
ercarme a él de una forma que no sea profesional. Decir que tenía o
ro ajustado que resalta mis curvas y unos tacones altos que me hacen sentir poderosa. El escote es llamativo, lo suficiente para captar la atención. Me arr
a mi alrededor y, con cada paso, la adrenalina se apodera de mí. Decido que esta noche
de sus maridos. Me siento como un pez fuera del agua. Este no es el ambiente vibrante de los bares de Estados Unidos, donde
nversaciones son discretas y controladas; la mayoría de las mujeres permanecen en silencio, mientras que son los hom
antado de su mesa, su rostro rojo de ira. Está dirigiéndose a una mujer que lo acompaña, gritando palabras que no puedo entender, pero
e levanto y me
regunto, sintiéndome como si estuviera cruzando un
xpresión de sorpresa rápidame
os? ¡Malditos extranjeros! Se les olvida cuál
que trate a esa mujer así, ni que insulte
ando los brazos con determinación-. Si ella
ca más a mí, su rostro tan cerca que pued
serva con desdén-. Esta es nuestra cultura y nuestras costumbres. No tienes idea de l
eren, pero no pued
a. Pero que va a saber un infeliz como tú que apenas sabe leer -replico, sintiendo que mi voz
ero hay una cruel a
n lo que te conviene. Aquí, las mujeres saben cuá
r debería conocer cuál es su verdadero lugar, q
ofetearme, aparece Zayed, imponente y seguro.
La tensión en el ambiente cambia instantáneamente, y el hombre re
ana. Los dos hombres intercambian mi
yed, su voz firme-. Si tienes algún prob
te el desafío, finalmente retroce
hacia mí, su mir
regunta, su tono
ir una mezcla de gra
na -respondo, tratando de mantener mi dignidad-. Pero no
s-. Debes tener cuidado, Clara. No estás en tu país, y este no es un luga
su tono
uerza de la que pretendía-. No necesito qu
uficientemente grosera como para que sigas u
Pido otra bebida, la adrenalina aún corriendo por mis venas.
e comportarse para una muje
tos del alcohol comenzar a nublar mi juicio-. ¿Qué esperabas que hicie
como si tratara de ver m
ía adaptarte mientras estás aquí -su mandíbula se ma
placer a nadie. Además, ¿qué haces aquí? ¿Acaso me estás siguiendo?
importante -Él se queda en silencio después de decir eso, y
, sintiendo la mezcla de euforia y frust
yed no
Estás bastante ebria. No es seguro que salgas sola en este
ico, sintiendo que mi resistenc
ado y me agarra del brazo,
evaré de regr
testar algo más, me levanta y me carg
u agarre es firme-¡Esto
de que no tengo otra opción. Sus brazos son ton
, me baja al fin. No sé si sentirme molesta o ag
igo, mi voz un t
e estés sola ahora mismo -responde
ejor será que nos veamos mañana- pongo mi mano en su
ales- su mano se desliza despacio por el escote de mi vestido recorriendolo de abajo hacia arrib
s apenas un hilo pues su cercan
eno de nuevo esta vez puedo ver lo mucho que le irrita ser rec
y media vuelta y entro al apartament
que todas caigan a sus pies. Conmigo las cosas son a otro pr