orio y los
El laboratorio, lleno de complejos equipos y fórmulas escritas apresuradamente en pizarras blancas, reflejaba la mente brillante pero a men
por la ciencia. Desde pequeño, había sido un niño curioso, siempre desarmando juguetes y dispositivos para ver cómo funciona
ndor de las pantallas de las computadoras. Alex estaba inmerso en su trabajo, completamente ajeno al mundo
recogido en una cola de caballo, con una expresión de determinación y una mente igualmente aguda. Ella y Alex habían sido amigos desde la universidad, donde se conocier
jo Maya, colocando una taza junto a él.
a taza. "Gracias, Maya. Pero estamos tan ce
a él. "Pero también necesitamos nuestras mentes claras pa
ndo nuestras simulaciones de la interacción de partículas cuánticas cuando noté una anomalía. Al principio pensé que era
a. "¿Manipular el tiempo? ¿Te r
los son correctos, podríamos ser capaces de enviar objeto
ignifica? Podríamos cambiar la historia, aprender de primera man
o, necesitamos confirmar nuestros hal
s para el P
o cálculos, ajustando parámetros y construyendo prototipos. La determinación de Alex y Maya era inqu
graves, por lo que cada detalle debía ser considerado. Hicieron listas de suministros, incluyendo herr
esar a su tiempo si algo salía mal. Esto incluía un mecanismo de retorno automát
pequeño objeto, una moneda, al pasado y recuperarla con éxito. Fue un mo
sosteniendo la moneda en su ma
que sabemos que funciona, podemos preparar un dispos
oj. Estaba equipado con una pantalla táctil y una interfaz que permitía introducir las coordenadas tem
ro?" preguntó Maya, mirando e
e," sugirió Alex. "Un periodo en el que podamo
bservar cómo era el mundo hace unas pocas
Hicieron listas detalladas y discutieron posibles escenarios y cómo manejarlos. Querían estar preparados
sas, activaron el dispositivo y se encontraron envueltos e
ias en el
Los edificios, los autos y las personas a su alrededor eran una mezcla de lo familiar y l
mirando a su alrededor con asombr
os que ser cuidadosos. No sabemos cómo nu
maravillaron con la ausencia de teléfonos inteligentes y la prevalencia de los teléfonos públicos. Las computadoras de e
lar información sin llamar la atención. Se sentaron en una mesa en la es
Alex mientras observaba a los clientes leer
ordatorio de lo rápido que avanza la tecnol
lenguaje los delataban, y algunos clientes comenzaron a mirarlos con curiosidad. Se dieron cuenta de
extraño dispositivo, y tuvieron que improvisar una explicación creíble. Luego, un hombre curio
tratando de sonar convincente. "Visitamos
sabían que debían ser más cautelosos. Decidieron que era
dos pero emocionados por la experiencia. Reflexionaron sobre lo que habían a
speraba," admitió Maya. "Pero ta
el futuro," dijo Alex. "Pero esto es solo el comi
nes y Ap
ados, pero también conscientes de los riesgos que habían enfrentado. Hablaron sobre las interacciones co
datos con información cultural y tecnológica de diferentes épocas, para que pudieran prepararse mejor antes de cada vi
ocas antes de viajar," sugirió Maya. "Necesitamos entender mej
osibilidad de colaborar con historiadores o expertos en