contracorriente con una energía vibrante y una alegría desbordante. Su hiperactividad y entusiasmo la ap
imera vez que intentó compartir lo que veía, fue duramente castigada y tachada de mentirosa. Desde entonces, aprendió a convivir en silencio con esos seres qu
do los bosques cercanos a su hogar, dibujando y pintando los paisajes que la rodeaban. Amaba ayudar
teca de su pueblo, leyendo todo lo que podía sobre el mundo sobrenatural, la historia de su región y las antiguas leyendas. Poco a poco, fue descubriendo
vida para siempre. Oculto entre las raíces de un viejo roble, había un pequeño cofre de madera. Con las m
és también tenía el don de ver lo que otros no podían. El diario relataba sus experiencias, sus miedos y sus descubrimientos. A medida qu
Inés había dejado pistas detalladas sobre cómo encontrarla. Clara, decidida a se
uz de su linterna, avanzó cuidadosamente, siguiendo las instrucciones del diario. Al llegar a una puerta de piedra
había una figura de una mujer con una mirada serena, que sostenía una esfera de cristal. Al tocar la esfera, Clara sintió una energía poderosa recor
apa en la vida de Clara. Con renovada determinación, decidió aceptar su singularida