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Historia
Un Corazón Mal herido Nunca Sana

Un Corazón Mal herido Nunca Sana

Autor: Nash R.S
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Capítulo 1 La Sombra De La Primer Copa

Palabras:1253    |    Actualizado en: 27/05/2024

tan mala, tan negativa y terminar condenando a una persona que tenía una vida tan brill

no sé por qué me envolví en este tipo de negoc

ealidad es más sencillo de lo que se imaginan caer en esta clase

permiso de sus padres o llegan más allá de la hora acordada,muy inteligente en cualquier

nas personas y por destacar en lo que hacen. Se encargan de persuadirte de una forma u otra. Te involucran poco a poco, has

debí haber podido hacer para evitar ser involucr

aptarme y me las he arreglado para, poco a poco, escalar y finalmente

o camino que me ha tocado atravesar, he perdido, o más bien me ha arrebatado, mejor dicho, aquello que realmente me import

ón con calma; no tenía ningún tipo de problemas con nada ni con nadie, pero ha

por alguna razón, yo no le simpatizaba en absoluto. De igual manera, ese día se atrevió a hablarme amablemente par

taban invitadas muchas personas, pero yo no conocía a ninguna. Se suponía que esta salida nos ayudaría a mejorar nuestra

supuesto lugar de la fiesta; la vibra se sentía pesada, pero pesada en el sentido de que no era un lugar muy agradable. Era muy oscuro, las luces eran bajas, y era como si en ese lugar pudieran llegar el tipo de personas que

¿Cómo te s

penas. Me hizo esas preguntas con una sonrisa muy marcada

sto? ¿Dónd

e incluso podían llegar a secuestrarnos ahí. En mi temor de que pasara algo, no dejaba de voltear a todos lados, no

ir de un lado a otro sin parar, la música era in

to aislada, lo cual agradecí, pues no creí que pudiera relacionarme de forma sana, y nues

beber al

se alejaba de nuestra mesa y se acercaba a la barra de tragos. Habló con el barman, y no pu

as be

n extrañez

ra celebrar que a partir de hoy vamos a llevarnos mejor. Además, son de su menú se

habrán costado las bebidas que solicitó. Un rato después, llegó el meser

ión que aumentó aún más mi desconfianza ante toda esa situación. Definitivamente, no debí haber bebido ni u

la pista de baile, donde, cabe destacar, había demasiada gente. Los rostros se confundían con fac

onde mi compañera Trix se había quedado para comer alg

aron un poco antes de que ella me señala

en la mejilla y se dirigió hacia mí. En cuanto lo

de Trix. ¿Te gustaría b

ir pésima, totalmente. Bailamos un rato, hasta que, de la nada, comencé a sentirme un tanto mareada, por lo que le pedí a Daniel que me llevara con T

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