su esposo, que, aunque hubiese pasado tres años seguía sin conocerle. Su mejor amiga, Rebeca
e hiciste con ese hombre, debes aprovechar y recuperar el tiempo que perdiste. -Melissa había decidido
nizar el divorcio. Entonces acepto, estaré de primera en la inauguración de tu bar.
ían la última clase de psicopatología con un profesor que debía renunciar a su cargo por problemas de salud. Fue emotiva la despe
probará lo atractiva que se veía; sin embargo, no se sentía cómoda porque exhibía una gran cantidad de piel, así que e
sus cosas personales dentro del auto, quería e
r, una copa con champagne s
ra! -dijo Rebeca-. Cel
uego se percató qué Rebeca intentaba embr
dable, no se sentía cómoda y prefirió salir a
a que sobre sus hombros pesaba alguna maldición, que sus padres biológicos y los
rían con sus armas desenfundadas. De inmediato supo que
a mafia, por fin dio con el hombre al que todos esos hombres perseguían, estaba oculto detr
ar o despedirse. Encendió el motor de su coche y condujo e
itó abriendo la
Acaso quieres morir? -preguntó el hombre con el ro
clamó sabiendo que los enemigos andaba
ó confiar en ella y
Pero de seguro no podrían llegar muy lejos, uno de l
-. Habla y sabré a donde llevarte para que curen esas heridas. El
rme en el anonimato, filtraron mi ubicación y ahora no hay lugar donde pueda esconderme. E
cos estudiantes de medicina. Pero ahora asistiría a pedirle ayuda a una chica que vivía
e te hará una curación, por ningún motivo me atrevo a llevarte a algún hos
cató que se sintió atraído no solo por su valentía sino tambié
ra bajarse, pero e
que su rostro se llenó de vergüenza, aunque no podía observarlo bien porque el cabello y la sangre
os de ese hombre y quiso aceptar la recompensa, no le inte
pensando en la respuesta que le daría, pero
to tu sucio trasero ante mí -le dijo
in importarles si son inocentes o no. Entonces mi respuesta es: no. Ya obtuve mi recompensa al salvarte -dijo abriendo la puerta del auto para que bajara. Se apre
e. -Melissa sabía que de alguna forma en algo turb
esperó a que pronunciará ot
*
interesó en ti. ¡Vamos! -La agarró de la mano y la arrastró en medio de la multitud. Es
aje con todas las intenciones de presentarte a este hombre y ahora te
a el fulano principal azul que Rebeca le había el
os después, Melissa empezaba a sentirse m
mujer casada -dijo enseñándole la mano con un anillo. La boca le ape
en su casa. ¿Hablaste con él? ¿Tuvieron sexo? ¡Nada de eso pasó! Entonces quédate tranquila. Pronto saldrás de ese atolladero, lo único bueno fue que salvaste la empresa.
uevo pasaron por toda la pista y llegaron
etrás de aquel hombre de
en el mundo a la que menos esperaba ver era a Melissa-, señoritas -con