ndo era adolesc
tro de una famili
dónde todo es un cuento de hadas y la atracción
adable, el cual me hacía reír con sus ocurrencias,
lista se fue ganando poco a poco mi corazón, además que me escuchaba con atención lo que yo decía acerca de todo lo que me pasaba en
to agradable mientras yo hacía mis tareas de colegio el se sentaba al frente de mi pa
tención ya que ese joven se robaba mi atención y mis suspiros, lo veía con ojos del primer amor, de ese amor puro, sano e ingenuo. Los días pasaban y ese s