mi juega con los autitos y conmigo. El rojo es su preferido. Hoy está sentada en el sofá mirando a la pared. El autito verde se estrella en la alfombra. El autito rojo lo sigue. Luego el amaril
ojos.
ora de la mañana. ¿Qué fue todo eso? Intento atrapar algunos f
en el vestidor. Fuera, un cielo plomizo augura lluvia, y hoy no estoy de humor para mojarme. Decido ir al gimnasio de la pla
, aunque he arreglado con el entrenador personal un poco más tarde para
llamo
Podríamos cen
y bajo para darme una ducha. Luego me disp
pedir a Claude Bastille, que está
lle sonríe con arrogancia porque sabe que tie
asio esta mañana mi entrenador personal me dio una buena paliza. Bastille es el único que puede vencerme y ahora pretende sumar otra victoria en el campo de golf. Odio el golf per
as se mezclan unos con otros y soy incapaz de diferenciarlos. Necesito algún tipo de distracción. He trabajado todo el fin de semana y ahora, en lo
eros a Sudán. Eso me recuerda que se supone que Ros tendría que haberme pasado ya los números y la logística. ¿Por qué demo
or qué demonios habré accedido? Odio las entrevistas: preguntas insulsas que salen de la boca imbéciles insulsos, mal
si ella tuviera la culpa. Al menos puedo ha
a Steele está esperando
peraba a Kathe
sia Steele quien
eño. Odio los
le qu
lgunos negocios juntos y parece un hombre listo y un tipo racional. He aceptado la entrevista para hacerle un favor, uno que tengo intención d
as marrones que aterriza de bruces en mí despacho. Pongo los ojos en blanco y reprimo la irritación que me sale naturalmente ante tal
do. Son de un color de lo más extraordinario, un azul empolvado cándido, y durante un momento ho
sa pálido. Me pregunto un segundo si toda su piel será así, tan impecabl
ara
Me mira con la boca abierta y yo vuelvo a poner los ojos en blanco. Sí, sí, nena, no es más que una cara bonita, no hay belleza debajo de la piel. Me gustarí
oy Christian Grey. ¿Est
observo. Es bastante atractiva, dentro del tipo desgarbado: menuda y pálida, con
hica mo
rtificada mientras me la estrecha con su mano pequeña. Tiene la piel
ue no le importe, señor Grey. -Habla en voz baja con una musicalidad vacilant
sión que siento al recordar su algo menos que ele
con Kate... Digo... Katherine... bueno... la
ndo su complexión delgada bajo un pulóver sin forma, y una discreta pollera plisada marrón. Dios, ¿es que no tiene g
sa. Niego con la cabeza, asombrado por la linea que están siguiendo mis pensamientos, y me pregunto si las primeras impresiones son de fiar. Le digo alguna formalida
ta de aqui
de Trouton. Su perfil es delicado (la nariz respingada y los labios suaves y carnosos) y sus palabras han expresado exactamente lo que yo si
siado grande. ¿Una grabadora digital? ¿Eso no va con cintas VHS? Dios... Es muy torpe y deja caer dos veces el aparato sobre mi mesa de café Bauhaus. Es obvio que no ha hecho esto nunca, pero por alguna razón que no log
ilidades motoras con la ayuda de una fusta de montar. Bien utilizada puede domar hasta a la mas asu
he podido fijarme
ón. No suelo
pero ahora mismo me importa una mierda p
ita Steele. -Yo tambien necesito un momento
para ah
espuestas? -Me pregunta con e
e echarme a reir
spues de que le ha costa
y perdidos durante un momento. Siento un
er tan idi
-No quiero ser el res
... la señorita Kavanagh p
ste año. -Y no sé por qué demonios he accedido a hacer eso. Sam, de relaciones públicas, me ha dicho que es un honor y el departamento de
jo ¡Me mira con desaprobación! ¿Es que no ha hecho una investigación para la entrevista? Debería saberlo. Pensar e
ey. -Se coloca un mechón de pelo tras la
i hubiera oido mis pensamientos, pero consigue recobrar la compostura, se sienta erguida y endereza sus delgados hombros. Quie
haber amasado este imperio
en alguien) y a la que pago bien, bla, bla, bla... Pero, señorita Steele, la verdad es que soy un puto genio en lo que hago. Para mí es pan comido: compro empresas con problemas y que están mal gestionadas y las rehabilito o, si están hundidas del todo, les extraigo los acti
tenido suerte -D
preguntado si he tenido suerte. Trabajar duro, elegir a las personas adecuadas, vigilarlas de cerca, cuestionarlas si es preciso y, si no se aplican a la tarea, librarme de ellas sin miramientos. E
del control. -Responde, y lo
vez esos ojos candidos s
s mi segun
ro fij
orita Steele. -Y me gustaria c
ecer en su cara una vez mas y se muerde de nuevo el labio. Sigo
o mas íntimo, que has nacido para ejerce
delicada ceja y sus ojos me miran con censura. ¿Me está provocando deliberadamente? ¿Y me molesta
dad... poder, si lo prefiere. Si desidiera que ya no me interesa el negocio de las telecomunicaciones y
Asi está mejor. Chupese esa, señorita S
esponder ante una
ante ninguna junta directiva -le contesto cortante. E
esuradamente porque ha identificado mi reacción. Sabe que estoy
juegos me cruzan la mente: esposada a la cruz, con las extremidades estiradas y atada a la cama de cuatro postes, acostada sobre el
tan duro, ¿que h
Pero me mira con esos ojos azules ingenuos y para mi sorpresa me encuentro reflexionando sobre la pregunta. ¿Qué hago para relajarme? Navegar, volar, coger... Poner a prueba los límit
ción. ¿Por qué en fab
esarman. Y me encantan los barcos. ¿Qué puedo decirle? -distribuyen comida por todo el planeta, llevan me
bla es su corazón, no
? ¿Yo? Oh
zado hasta quedar irre
e algunos dirían qu
qué diría
o Elena tal vez. Me pregunto que le parecería a ella la pequeña señorita Steele... Esta chica es
o admito. Es un bo
uiente pregunta q
amigos que es
por proteger mi vida privada. No suelo ofrecer entrevistas. Haciendo
qué ace
carme de encima a la señorita Kavanagh. No dejaba de llamar a mis relaciones pública
nología agrícola. ¿Por qu
demasiada gente en el mundo que no tiene qué
esión curiosa, como si yo fuera un enigma que tiene que resolver, pero no hay forma de que esos grande
la boca para distraerme de esos pensamientos sobre el hambre. Sí, esa boca necesita entrena
la tiene, ¿en qué consiste? -
adueñarse absolutamente de su mente puede adueñarse de cualquier otra cosa para la que esté legalment
oseer cosas... -Sus
A tí, par
oseerlas, pero sí,
consumidor. -Su voz tiene un ton
o s
e fijo en su ropa me doy cuenta que no es así (va vestida de grandes almacen
misa. Han pasado... ¿cuánto? ¿Dos meses desde Susannah? Y aquí estoy, babeando por una mujer castaña. Intento sonreír y demostrar
ta qué punto cree que eso ha
manecido con la puta adicta al crack probablemente ahora estaría muerto. Le respondo con algo que no es verdadera una respues
Debería saber todas esas tonterías. Ahora parece arrepentid
rificar su vida fam
una pregunta
se muerde el labio. P
rificar su vida fami
querría tener
hermana y unos padres que me quiere
ed gay, s
reprimir la necesidad imperiosa de arrancarla de su asiento, ponerla sobre mis rodillas y azotarla hasta que no pueda soportar más para después cogermela encima de mi mesa con las manos atadas atrá
o mantengo la expresión impasible. Anastasia. Es un n
. está aquí escrito -se coloca el pe
pias preguntas? Tal
es realmente atractiva, aunque de una for
la señorita Kavanagh...
as de la revist
ompañera de d
sí. Me rasco la barbilla y me debato
y me recompensa con una mirada sumisa: con los ojos grandes y ag
. No se encuentra bien
plica muc
puerta y ap
nterrumpa, pero su próxima reu
Andrea. Cancela mi pro
ndola fijamente. ¡Fuera! ¡Ahora! Estoy ocupado con la señori
Grey -dice, se d
la intrigante y frustrante criat
íbamos, señ
interrumpir su
aber si hay algún secreto que descubrir det
edo sobre los labios. Veo que sus ojos se dirigen a mi boca y traga saliva. Oh, si...
e saber -me dice,
intimida
tiene despué
oge de
ñor Grey. Tengo que apro
mpiendo la regla de oro: nunca, jamás, cogerse al personal. Pero, Grey, no te vas a acostar con esta ch
ra. Y después añade-: aunque
? ¿Qué le pasa
lo dice? -l
obvio
-Me confunde
y estira el brazo para
te mi agenda para la tarde... n
que le enseña
señor Grey, y a mí me espera un
loviendo. No debería conducir con éste tiempo, pero no puedo prohibirselo. Eso m
ra. Tiene prisa por salir de mi despacho y,
necesita? -digo en un esfuerzo
ice en
n de una forma en su boca de sabihonda... Breveme
la entrevist
completamente en serio; hacia mucho que na
yo le tiendo la mano, m
a mano. Si, quiero azotar y cogerme a esta chica en mi cuarto de juegos.
a pasar
cabeza y aparta la mano rápida
uere por salir de aquí. Es muy irritante, pero en cuant
la puerta con buen p
forman una
ñor Grey -me sue
vo al salir y la sigo. Tanto Andrea como Olivia levantan la
do abrigo?
-
er un saco azul marino. Me lo da con su expresión afectada habitual.
estida. La sostengo para que se lo ponga y, al colocarselo sobre los hombros delga
te gratificante. Me acerco al ascensor y pulso el botón mientras
ue dejaras de revolver
ego se da vuelta para mirarme. Es más que atractiva.
e digo a modo
scensor se cierran dejando mi nombre en el aire con un
.. ¿Qué
ber más sobr
ecidido de regreso a mi despacho-.
s paredes de mi despacho. Las palabras de la señorita Steele vuelven a mí: léfono señor Welch same , se necesito