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Historia

Capítulo 3 El tribunal de las sombras

Palabras:1519    |    Actualizado en: 26/06/2023

ra y la ceguera? Quizás solam

se ha esforzado por cumplir con sus deberes de ama de casa. Y nunca le ha faltado a su marido ni

da Estela? ¡Si hasta ha sido comprensible con el cada v

voy a descubrirlo y después arreglarlo -dete

tela. Parece que la señora Martínez también se le ha olvidado por completo que todav

ventualidad que sólo tiene lugar cada vez que hay una festividad o bien un problema que resolver. ¿Funcionará

*

cha que tengo una aventura -manifiesta el químic

ara que no caigan ni tú ni tu casa

s se aproxima al cuello de su amante para dejar ahí un pequeño recu

se queja Jaime, tratándose de quitar aquel

los que... -la mujer le da un beso en la mejill

r a quitarle los santos hábitos a la pecadora más pura que ha conocido, la que

a una indecible plegaria... «Se supone que me he metido en este asunto para salvar el sustento de una familia,

*

pronto, la puerta es abierta con el sigilo de la clandestinidad, dándole paso al entenebrecido malhechor. Aunque ha llegado a su guarid

alma y un poco de coñac. Las luces de la calle pasando por las ventanas le ahorran tener que

das de tu familia? -so

e su sillón, cual fantasma qu

un asaltante descubierto con las manos en

autoridad Estela, levant

e negro, cuales enlutados que discuten por

me recibe como a un maleante en mi p

ante a nuestra casa, como si estuvieras escondiendo algo -rebate Estela, mi

ra a mi casa -enfatiza

una familia a la que te debes -se ap

conmigo. Dime qué pasa. ¿Tienes algún problema en el trabajo? ¿Se trata de algún apu

toque el tema ante tu padre? -inesperadamente, Jaime

sa. Así que puede hacer de testigo y juez entre

lo único que queremos es arreglar

o puedo hacerlo -se av

endiendo hacer más fluida la cuestión

scena en la que mientras tantas cenas se enfriaban, del otro lado de la pared, su compañero ardía en clandestina pasi

io? ¿Por qué, Jaime? ¿Por qué? -cual papel con ter

aceres que te has olvidado de mí. Honestamente, en ocasiones, hubiera preferido

satisfacción de sus necesidades más básicas. Estela, por su parte, se tapa la boca, es

de las que no te ocupaste debidamente? -la desengañada no duda en ensuciarse la lengua con trap

paro de bajar la voz para no despertar a los niños con su pesadilla. El señor Mireles, entre tanto,

ero con un poco de comprensión y compromiso por parte de ambos podrán superarlo fácilme

vanta airada contra el hom

muy joven -y acaba desacreditando la autoridad q

mento, mas sus años le aconsejan n

s asuntos de los muertos. Mejor enfócate en reso

hostilidad, pero acata la recomendac

te cambiarme por

alago. El señor Mireles se molesta, pero termina a

sa forma de la mujer más pura

arranca una dolo

purísima, digo, tu putísima amante -la señora Mar

venido para ver si aún pueden rescatar su hogar destruyéndose. No

e, incluso contra ti, Estela -finiquita Jaime antes de marc

*

ismos riachuelos de penas rieg

ara que no me vuelva ladrona sin lugar en la glor

*

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