ta con Fred, el chico que conoció en una de las app más recientes. A diferencia del resto de las aplicaciones para c
preferida, eso sin mencionar que le permite salir
l dedo a la frente dando ligeros golpes mientras repite- Piensa Chel, piensa. -repentinamente recuerda que debiĂł dejarlo sobre el mesĂłn de mármol de la cocina- Tuvo que ser allĂ. Todo po
u soliloquio, decide ir al tocador y retocar su maquillaje, quiere verse perfecta, quiere deslumbrar a su gal
er y este señala el pasillo. Ella se levanta, ha
barra, se sienta, no deja de mover su pierna de forma impaciente, entre
ume que sĂ, que debe ser Ă©l que está intentando llamarla. Se sient
rcibe la insistencia con el qu
s por esa puerta Larissa Hamilton, te vas a arrepenti
la mesa. Ella lo mira como esperando que él reacc
quel era su cita a ciegas, la habĂa peg
e levanta, toma la si
mo, él humedece sus labios y piensa en de
. Disculpa dejé mi móvil olv
saca su mĂłvil y lo apaga mientras pie
e conectarme para chatear porque estuve algo ocu
con extrema picardĂa. Logra ver que ella s
gintonic -él eleva ambas cejas
si brindamos con Champagne, es
no hay p
saluda con confianza, justo cuando va a
usted y su acomp
i querida... -hace una pausa
mi nombre? -pregunta
ue estoy un poco desenfo
ue eras diseña
n todo lo que veo, una idea, un insight para desarrollarlo luego -le da un guiño, Chelsea
mo Técnico en Admini
ara luego? Me gustarĂa conocer un po
or sup
s pensĂł que serĂa protagonista VIP de una escena tan famosa de las pelĂculas románticas
ente Cheisea se sonroja.- ¡A tu salud! -ella levanta su co
ugh Bullock el magnate del Traden Coin. Para un hombre como Steve es increĂble ver a una chica asombrarse con cosas que para Ă©l son simples
as com
necesario
a copa de champagne para ella, quien po
sea que no para de reĂr por todo. Pronto llega la medianoche y S
ue debem
evista a primera hora en lo que puede ser su nuevo e
pero está muy mareada. Trata de disimular cuando ve al apuesto hombre ir hasta donde e
a cuando la vio beber de un solo sorbo las cuatro copas de Champagne que bebiĂł. Aunque aquello es
na de las conversaciones calientes qu
sa a
, pero sin él esperarlo, ella se inclina hacia él
ente que es aquella chica, ya la ternura hacia ella desapare
a solo pedalea la conversaciĂłn entre ella y Fred de lo d
evar -bisb
su espalda y se estremece al contacto de sus dedos fálicos.- Mejor vamos a otr
de vergĂĽenza, se gira hacia su asiento y arregla su vestido. Trata de respira
e me excedĂ. DebiĂł
l Ămpetu como te manehas. -enciende el au
na horno a 250° C, mucho más cuando por el rabito del ojo ve a Steve frotar su Ăndice y pul
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