to antes de salir en medio de la noche a algún lugar no sé cuál, con la esperanza de verlo. Mi
opios dedos en el camino y traté de mirar el camino afuera para ver si había algún tipo de problema. Pero pro
aguas enorme para mí. Me condujeron al interior de la mansión, en cuanto el hombre
ndo lo grande y glamorosa que es la casa. En esa primera habitación hay un lugar para colgar bolsos y abrigos,
avor. – El hombre m
o sigo, aún con miedo, hasta que nos deten
segundos de silencio que siguen p
te con fuerza y mis manos comienzan a sudar. Johan estaba justo dentr
cción porque trata de ocultar una sonrisa. Cuando no hago nada, él mismo
do el hombre hace un m
aciendo que se gire haci
o oculta s
conveniente ha
eño entre mis cejas y asintie
or... por t
ado que ni siquiera
. Hugo
o antes de que se vaya. No sé si es un portero o algo a
o escucho el sonido de la llu
e no congelarte como una estatua de cera justo en frente
a y retrocedo. El ciclo se repite una y otra vez hasta que me obligo a entrar de inmediato. Por suerte pa
bitación que se parece más
tosa carrera. Johan ni siquiera es un chico, ya había cumplido 47 años hace unos meses y
s cortinas están abiertas y Johan observa la tormenta, de espaldas a mí. Las mangas de su camisa de vestir oscura es
su mano y se extiende por su antebrazo hasta que termina en su bíceps. Esa casa es tan surrealista que me toma un tiempo entender p
na conocedora de los perfumes, y disfrutándome en silencio, puedo identificar los
arece haberme visto allí todavía y mis palmas sudan frías. No sab
una mano en el bolsillo de su pantalón, mientras que con la
e rechazaras
scondiendo cosas, cualquiera que me mire desde afuera diría que soy inquebrantable, espero que Johan también lo haya pensado. Johan finalmente se vue
su rostro. Debería responderle, maldita sea, sé que tengo que hacerlo,
suficientemente convincente para que parezca que no estoy gritando por dentro o teniendo un ataque de
es hacia sus brazos o hacia la salida más cercana. Estoy a solas con un hombre con el que no tengo intimidad, uno que actualmente está en
e inocente o no, es difícil no ser fanático de un actor al que sigo desde que era adolescente cuand
aso ya vacío sobre la mesa, camina hacia un aparador y toma otro vas
spués de tomar un sorbo de su propio
z sale tan firme q
lleza de los ángeles. Al mismo tiempo que estoy asombrado, siento que necesito desesperadamente mantener la serieda
verdad, me parece poco probable que una mujer común como yo, un simple mortal en comparación con las
i relación con Nick y el miedo, inconscientemente, me hace actuar siempre con el pie en la
que no bebo es evidente. Pero no parece decepcionado, de hec
o sobre la mesa antes de indicarme la có
espalda contra el respaldo. Johan se ve extraño, pensativo y vacilante, junta las manos y las apoya sobre la
color marrón dorado. Uno de el
ualquier palabra, de forma suave, pausada y aterciopelada. Su voz podría ser fácilmente una melodía relajante y adictiva. Envió
a algunos años que no vivo
isiones que un hombre puede tomar en su vida. Pero no puedo