que estaba saliendo en ese momento en todos los medios de comunicación por u
a ovalada y de un hermoso y profundo color azul, perfilados por negras pestañas, largas y espesas, cejas poblada
cuadrada, y pómulos salientes, con una mirada suave y cálida,
porte, además, de hacer ejercicio en el gimnasio, abdominales, practicar boxeo, correr, y todo aquello que lo exprimiera hasta
ivo, inteligente, creativo, carismático, encantador, ambicioso, egocéntrico, famoso y multimillonar
famosas, punto a su favor. Y una igual de larga lista de escándalos que lo acompañaba, generalm
de fuera allí lo acosaba algún fotógrafo de prensa espe
s arreglaba este hombre para terminar en la mayoría de las portadas de revistas chism
s que su compañera de habitación le había facilitad
Robert Scott, en su universidad para reclutar a los estudiantes más brillantes y sobresalientes de las carreras tecno
o ese precisamente era su interés, ella quería ir a escuchar lo que él tenía para decir, y con mucha suerte, la cual
ivido. Desde luego, ella siempre había sido una buena chica, y además, muy aplicada.
bresalir y llamar su atención por encima de la competencia, era informarse
ba empapándose de la vida del hombre al que admiraba profesionalmente. Y habi
ción todos los logros obtenidos por ese sobresaliente empresario. Ell
cott fuera guapísimo, o de que tuviera todos los millones del mundo, o que en ese preciso momen
etamente fuera de su liga. Así que ella no solía hacerse a ideas fantasiosas o c
y lo que estaba leyendo. Era un gran escándalo. Se llevó la mano a la boca para cu
r, fuera un hombre descarado, sin principios morales y sin escrúpulos. Pero qué desfachatez
tías, a las que había considerado en un principio, y que le abrirían las puertas a
eccionada, y esto le causaba una mancha en su expediente, el relacionarse con una persona pode
rio más deseado y apetecido en ese momento. El hombre era uno de los más ricos y poderosos del país en la
y exitoso en los negocios, últimamente no lo era en su vida personal, que se encontraba llena de escánd
es y cotilleos de la farándula, cómo en los sitios web dedicado
diferentes mujeres, y que muchas de ellas habían pretendido chantajearlo con la esperanza de
sentía muy afortunado con la vida que lleva, y que hasta ahora no había sido capaz de sentir amor por ninguna de las mujere
n que se encontraba ojeando Gina justo en ese momento. Lo que sí dejaba claro es que había chi
ancaria, de su multimillonaria compañía, y de las propiedade