img La Obsesión Del Ceo.  /  Capítulo 6 Sea Mi Asistente | 66.67%
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Historia

Capítulo 6 Sea Mi Asistente

Palabras:1624    |    Actualizado en: 21/12/2022

os mensajes con el señor Don Mateo. No puedo evitar sentir tanta vergüenza y creo

mundo, ni mucho menos nada caliente pero, sí h

de toda mi voluntad y me dispong

él me llamara por el nombre de mi hermana, sé que al momento de arreglar al fin mi problema

e dicho que las primeras cosas son buenas e inolvidables

puedo evitar pensar que enojado se ve demasiado bien, como las venas se le marcan en algunos lugares de su

mientos se volvieron tan sucios? Sinceramente esto está grave, debo

voy de inmediato a abrir la puerta antes de

uiando señorita Ainara, creo que a usted sí le importaría estar dando

ebo, salí de mi habitación con mi camisa sin abotonar. Los sostenes blancos de encaje semi transparente que utilizó no dejan mucho a la imagin

culpeme por favor. ¡Escuche

mis pechos lo

t, si jura recibirme así todos los días no me

a mirada

rado viendo sus luchas internas, te

n poco su cuerpo e ingresó a mi departamento, se dirigi

como boba o irá a terminar de

efes buscan a sus empleados a sus casas y se toman e

los tratos igualitario

pensar, él está reconociendo que ayer la embarró al llevarme a ese a

, al menos eso me c

e quite toda mi ropa en la sala y justo dónde se había sentado Mateo se encontraba mi tanga de encaje, aqu

rete y traga

cuenta del regalito que había dejado en mi mueble.

ornaba mi mueble reposaba sobre sus piernas y su expresió

stazo rápido al mueble a ver si lograba ver mi ropa interior y ni señales de la susodicha,

a hora de salir de casa o si no el

nate, me acerqué a él y le pedí cortésmente que me diera permiso para llamar el

amos a planta baja, nos dirigimo

de llegar y subirnos al ascensor que nos llevaría a nuestra

a empresa. Me pongo al tanto de todas las cosas que suceden, qu

a de su manera tan competente de realizar

tico en su conversación decidí

no, si no dos de los grand

mplacerme más

pejo frente a nosotros. Hubiese deseado no haberlo hech

encontraba posada en su nari

fuerzas a aquel pequeño trozo de tela que sobresalía de ellos, una tela negra, una muy p

ía mi

s se tornaron rojas al igual que parte de mi pecho. Sentía que el pequeño c

o de ahí, juro por

gación, una en la que averigüe hasta el lugar de

calentura se enf

do a nuestro destino. Si ya no era suficiente mi vergüenza por descubrir

Dios mío es

casi corriend

parten el cien por ciento de sus genes es decir son idénticas, gracias a que cada ser humano por más gemel

det

irse de las cuencas de mis ojos, él me había descubie

o que entrará a la oficina, cerró la puer

pues no está casada y mucho menos ti

su hablar, hacié

ándose a mí. Me acorraló, mi cuerpo quedó pegado a la fría pare

labios quedaron a la altura d

nte a los demás empleados no degradare su puesto seguirá siendo la encargada de esta sucursal. Si de algún modo no quiere aceptar m

is ojos, las limpie rápidamente y

árcel. ¡Muchas gracias por su propuesta señor!

jeandome abrace fuerte mi bolsa y m

la oficina, pude

quí Señorit

traron al ascensor que por suerte se encontraba aún ab

e encontra

sea mi

*

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