vista d
ontra el abrumador impulso de permanecer en la oscuridad. Mi cuerpo era un paisaje de dolor punzante, cad
cortó la bruma, sin emociones y profesi
Una ola de mareo me invadió. Solo miré el techo, mi mente un lienzo en blanco de e
ujió al abri
ente vestido como siempre, un cr
oz plana, formal. No me hablaba a mí, sino a
lculado. Estaba pagando para borrarme, no para salvarme. Cerré lo
ible. Como no respondí, no dijo nada más. El silencio er
amiliares, se encontraron con los míos. Un destello de algo -¿sorpresa? ¿culpa?- cruzó s
ra la gala de caridad de esta noche. Ya casi está lista. -Mami Carla. Las pa
n familiar y agonizante. Mi hi
la vuelta, de
en, hijo
ó con un clic, sellándome una vez más en el sofocante silencio de mi nueva realidad. Miré la pue
e abrió de
u cabello perfectamente peinado, su maquillaje impecable. Parecía
r estéril del hospital-. Simplemente no sabes cuándo rendirte, ¿verdad, Amelia? Siempre fuiste tan persistente. -Se in
ados, un nudo frío formándose
de mano y tocó la pantalla. U
joven e incierta,
de verdad. Ella me cuenta cuentos y hornea galletas
lio. Mi hijo. Las palabras eran una
lio, baja y ca
Carla es buena para nosotros. Ella en
arina de Carla, c
nca más nos moleste. Algunas personas simplemente
ntió demasiado pequeña, demasiado sofocante. Mi rostro estaba pálid
na sonrisa ampl
una molestia. Un fantasma de un pasado que nadie quiere recor

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