Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:1217    |    Actualizado en: Hoy, a las 12:06

vista de

endo, un shock para

e la lavandería industrial, temblando violentamen

regaban la piel con cepillos de cerdas duras, tratándome

n a mí. Habla

a, vertiendo una solución que olía

a otra, frotándome el brazo hasta que la piel se puso en

e sentí el sabor a cobre,

ser desinfectado. Un err

norme: un vestido gris que colgaba de

, su voz desprovista de simpatía. "No te mu

ción húmeda, el silenci

había comido en dos días. El miedo al castigo era pesad

la puerta, abrié

llo conectado

gruñido baj

con

esta

n Ferrari rojo, balanceando las

aminaba de un lado a

as cortadas y los ojos fijos en mí com

eres la rata

una p

y se acercó a

contraste empalagosamente dulce con el

isa", s

ndose cerca. "Eres el error. Papi

oprimió. "Él

o agudo y cruel que resonó

n ese sótano. Mamá también lo dese

eó los

anzó, ladran

ayendo con fuerza sobr

l último segundo, riéndose m

, rata", dijo. "O la p

rr

tré en l

. Los chefs gritaban,

o me golpeó como un puñetaz

gua la boca

e canapés que es

amarón con sal

en mi pecho, ecl

razné, dando u

pulento con la cara roja, se gir

e dejó en

enéticamente la salsa. "Mi madre...

de los pocos recuerdos que tenía, un precio

e abalanz

ña sucia e indeseada int

ra!",

emp

a golpeando una mesa de preparació

r mi pierna, cegánd

ó el chef. "¡Saque a esta

casa, apareció. Parecía un directo

ndería", siseó, agarrándome de la o

lágrimas corriendo por mi ca

ora Garza", dijo Benavides con frialda

puerta trasera al

a llo

zo, mirando a través de los

orada bañaba la mesa, proyectand

ba sentado

su derecha. Sof

ilia real, intoc

colocaron plato

iración, observ

hetas. Las apart

a alé

a se le hab

yo recor

onexión que tenía con

vi c

ilete a Leonora, un

o de algo q

fía. Una sonrisa

ahí, dándole su amor a una niña que

rtió en una agonía

dor de basura cerca

debía. Yo e

portaban los nombres. Sol

hacia los

a medio comer y un

, sin masticar, solo tragand

la rechazó d

ostumbrado al su

o, con arcadas secas hasta que pu

es e

era d

té la

ba de pie e

hisky, el líquido ámb

o a un bote de basura, c

abía piedad en sus ojos, so

iendo basu

, susurré, mi

so dices ser. Los Garza no come

a bruscamente

or de la casa

i se muere, sino porque no quiero que el forense encue

ercó

atos caros a centí

, su tono mortal. "Mintiendo sobre las aler

sé q

ca a los cacahuates",

endido en el aire co

", dijo Damián, su voz goteando ve

fue, dejándome

mi cora

io al

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY