img Su vida pendía de mis manos  /  Capítulo 3 | 30.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 3

Palabras:1175    |    Actualizado en: 17/12/2025

asio no me seguiría. No de verdad. Era un hombre que anhelaba el control y la percepción pública. Una escena de persecución dramática en medio de la calle no encaja

adolescente, llena de ángulos torpes y sueños incipientes. Ella era una niña pequeña, de ojos grandes y aparentement

ive con nosotros. -Siempre había sido protectora, un instinto natural para proteger a los

sus ojos. Le traía chocolates cuando lloraba por una rodilla raspada, le explicaba pacientemente el álgebra cuando tenía dificultades. Yo observaba, con un

untaban, al verla seguir cada uno de mis movimientos. Yo los corregía: -No, es mi prima. Me necesit

se volvieron cada vez más inseparables de mi padre. Sus conversaciones susurradas, sus miradas compartidas, pintaban un cuadro de traición mucho antes de que la obra maestra

ma en que reflejaba el dolor de mi padre con un fervor un poco excesivo. Casio, siempre el protector, inte

usualmente tan compuesto, había estallado. Había golpeado la mesa con la mano, silenciando a todos. Más tarde, salió y le compró una bo

Nunca luchó por mí de esa manera. Nunca ahuyentó mis lágrimas con tanto fervo

propio dolor y, ahora me doy cuenta, en su culpa. Kori y su madre apenas estaban presentes, s

ños, Alana -cantó, su voz de barítono un poco desafinada pero llena de una calidez que anhelaba desesperadamente. Sentí una o

ntes, una amplia e inocente sonrisa en su rostro. -¡Oh, Casio! ¡Te acordaste! ¡Justo iba a buscarla! -

fue solo la interrupción. Fue la fácil familiaridad, la forma en que Casio no s

cuenta de lo que estaba haciendo, lo lancé. Le dio a Kori de lleno en el

instante, poniéndola detrás de él, su rostro contor

corriendo por mi rostro-. ¿Qué les pasa a

nces. Dudó por un largo momento, luego, lenta y renuentemente, quitó la man

timiento. O tal vez, algo más. Algo calculador. No sabía entonces que su vac

ada de lágrimas, aferrándome a esa frágil esp

e nuevo frente a mi casa. Parpadeé, frotándome los o

ventanilla. Su voz estaba teñida de un tono burl

eras de la ciudad, elegido por su anonimato. Un santuario después de haber huido de los escombros de mi antigua vi

tarde para mi turno temprano. El hospita

sistió-.

-¿Dónde está Kori? -pregunt

ansando un poco. Necesitaba ir a buscarle algo de desayunar. Se

s vacíos. No se había detenido en la panadería. Ni siquiera ha

Estaba jugando un juego.

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY