Clara
ro alrededor de mi cintura. El tacto que una vez encontré reconfortante ahora se sentía como una
rar mi brazo. Mis esfuerzos fueron
e contra mi sien. Apretó su agarre, forzando mi cu
lo vi. Elías. Estaba de pie cerca del borde de la pista de baile, con Kassy a su lado, su expre
-susurré, mi voz ahogada por
isa aterradoramente familiar qu
nombre. Dil
nderse, la música se cortó abruptamente. Parpadeé
ía estaba cerrado alrededor de mi cintura. Elías y Kassy nos miraban fijamente.
temente alto para que todos lo oyeran-. Parece que
oltó un
da. ¿Ni siquiera puedes dis
ía. Era un chiste. La pieza central de su juego
de su brazo-. Vámonos. Sol
dio un pa
ecto director ejecutivo manejando una pequeña crisis de relaciones públ
, enfurecerme, arañar sus rostros perfectos y
mientras miraba de un gemelo al otro-. ¿Cuál de uste
ilian y me alejé, con la cabeza en alto, incluso
scaleras arriba a
de él. Comenzó a desabotonarse los puños, la imagen de un espo
ina y me serví un vaso de
, comenzando a masajear mi
e Kilian. Ya
spués de un largo día de sesión de fotos. Todas las veces que me había recostado en su tacto
n mi pecho, un aullido pri
é preguntar, mi voz quebrándose-. Los úl
iendo el silencio sofocante. Lo miró. La pa
cia mí, su expresión suavizándose
sto por la mañana, C
jos. No le importaba. Ni siquiera iba a negarlo. Mi dolor
davía estaba allí, una herida masiva y abierta en m
raría. No
provista de emoción-. H
ía siguiente, reservé una cita en el Registro Ci
n mano. Al pasar por la habitación de invitados, la puerta
zo, luciendo pálida y frágil. Él le acariciaba el pelo, su expresión llena de una preocupa
cto gentil, la misma voz tranquilizadora. Le estaba dando el cuidado que yo había p
mi corazón. Un nuevo y a
percibida, pero él
lamó, su
ando mi camino. Kilian apareció desde la
an pronto,
s, su tono no dejaba lugar a discus
era un blo
brazos alrededor de la cintura de Elías por
la carta de aceptación en el escritorio de Elías. Felic
ije, mi voz peli
nviando el portafolio -y a ella misma- a estrellarse contra el suelo.
anada de aire contra
ó. Corrió al lado de Kassy, s
stás bien?
ticos. Me miró entonces, y la furia fría en su mi
hiciste
mí, su cuerpo ir
o. No te atrevas a po
vestigios del hombre que creía conocer. Me veía c
n un charco de café. El acuerdo postnupcial, que
bios. Quizás era lo mejor. Un corte limpio
a abierta en mi alma. Me di la vuelta y salí del penthouse, del ed
mente al Re

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