había cambiado su objetivo y, con ello, su propósito. Ya no era la víctima ingenua que buscaba el amo

la lluvia, pero su postura era erguida, su mirada, desa

a con una risa burlona. "Parece que tu príncip

icardo apareció detrás de Valentina, su

su voz era suave y persuasiva. Luego miró a Valentin

endida por el tono autoritario de Rica

a, discúlpate,

isculpa poco sincera, m

lación, un intento de mantenerla bajo su control, de hacerle creer que todavía se preocupaba por ella. P

Ricardo, acercándose a ell

fue sutil pero firme, "Estoy

ad en sus ojos, la falta de respuesta a su t

a, esp

o, y subió las escaleras, dejando a un Ricardo p

la casa estaba llena de gente importante, todos sonreían y hablaban en voz baja. Ricardo esta

a los susurros

da a su amiga. "Dicen que los Reyes so

ra. "Parece que no tiene ni para un traje

comentarios, su mirada estaba fija en u

la abuela de Sofía, la matriarca de la familia

ana, su voz era temblorosa pero firme. Miró a Valentina con una sonrisa llena de af

la sonrisa desapareció, reemplazada p

e tu hermana, que aprendas lo que

ar de esmeraldas deslumbrante, una reliquia familiar

a la verdadera heredera de esta familia," anunció la a

ica de Sofía. Era el octavo objeto que le quitaban, la octava puñalada, pero esta vez, Sofía no sintió dolor, solo sintió una ira fría y un