n mundo que ya no le pertenecía, Luna estaba acurrucada en el rincón más oscuro
trató de llevarse los dedos a la boca para calmarlos, un gesto que había repetido incontables veces en el desie
aún más, la puerta se abrió y entró Sol, su herman
voz sin rastro de calidez. "
cia inmediata o dolor, su cuerpo reaccionó antes que su mente, se postró en el suelo, con la f
suspiro de
ue hacer todo tan difícil?", se acercó y la ag
en Luna, se debatió con la fuerza de un animal atrapado, emitiendo sonidos
itó Sol, perdien
dolor agudo en su mejilla la dejó aturdida, se quedó quieta, temblando, con la mirada fija en un punto d
a de arrepentimiento cruzó su r
muró, más para convencer
paso, murmurando y señalando, Luna mantenía la cabeza gacha, el cabello sucio y enmarañado o
ropia piel consumiéndose, recordó al verdugo acercando el hierro al rojo vivo a su espa
vando, su rostro no mostraba horror ni piedad, solo una fría y calculadora satisfacción, en ese momento, una part
có en su mente rota, el rompecabezas de su sufrimiento co
staba sentado en su alto asiento, s
en ti", dijo el Anciano, su
quedó de pie, sumisa,
strella entró, llevando una bandeja con té y pastel
ave como la miel. "Pensé que un poco de té ay
dió instintivamente, el rostro de su hermana era el
lla, su voz llena de una falsa compasi
ando con los ojos, intentó hablar, señalar a Estrella, decir
ah...
ndido por un segundo, pero
ciando su cabello enmarañado. "Estás
ia atrás hasta chocar contra la pared, miró a su hermano, a su líder, a los hombres que
a víctima de la traición de Luna, ¿quién iba a cree
uinientos años de infierno, se extinguió, se sintió completamente s
a las criaturas de arena que había parido, el dol
era ell
a, no era una hermana, n
o de desprecio y asco,
e a sus verdugos, la aceptó, se dejó caer al suelo, se hizo un ovillo y dejó que la