e mujer frágil y convaleciente, apenas hablaba, apenas comía, dejaba qu
ecía él mientras le acomodaba la almohada
pared, por fuera, era la imagen de la derrota, por dentro, su
asta dónde llegaba la red de mentiras
ue él había dejado descuidadamente sobre la mesita de noche, con manos temblorosas, lo de
uerza contra sus costillas, encontró un chat grupal llamado "
cada paso de su plan, no solo habían fingido la muerte de Sofía, sino que se jactaban de h
a víctima inocente, era una mujer egoísta y manipuladora, la mente maestra detrás de su propia "mu
mensaje, "y que se asegure de sacarle a la estúpida de la ceramista hasta el últi
a, se estaba riendo de su propia estupidez, de su ceguera, había entregado una parte
la traición de Ricardo, sino por la aniquilación de la i
cada conversación, esta era la prueba que necesitaba
u cama, con el celular de él en su lugar, su rost
par, era desaparecer, borrar a Ximena de la faz de la tierra para que p
se gestaba en la mente de su pr
n un enorme ramo de rosas ro
sentándose a su lado, "pero quiero que sepas que
e diamantes, mucho más grande y ostento
amor", susurró, intentando p
ez en días, habló, su voz era u
a fija en los ojos de él, busca
ló, su actuació
rima falsa rodó por su mejilla, "luchó tanto, y tú, mi amor,
uando salga de aquí", insistió Ximen
r una fracción de segundo, un mic
la compostura, "iremos juntos, pero primero tienes que rec
acto le provocó una repulsión que tuv
la fuerza de un huracán, no había escapatoria, Ricardo la tenía atrapada, l
mal en una trampa, es
aba con ahogarla, tal vez Ricardo tenía razón, tal ve
de Ricardo en el pasillo, hablando por teléfono,
ecta, nadie sospechará cuando tenga el 'accidente' en el horno de cerámica, un fallo eléctrico, una
er otro, la atravesó, no se conformaba con habe
a vieja Ximena se hizo